Los Imanes. (Furry/Yaoi)

68 - Condición

—Lo siento, pero estás loco si crees que yo te voy a ayudar. —El pecho azul cruzó sus brazos.

—Es que eres la única persona que puede hacerlo. —El goldador se levantó de su sitio para acercarse al zorro. —Tienes algo que vuelve loco a Luis y lo necesito para asegurar a Jaime de una vez por todas.

Mike negó. —Lo de volver loco al lobo, te lo acepto, ¿pero ayudarte?, No no. Yo ya tuve mi venganza y también no puedo volver a poner en peligro mi relación con Daniel. ¿Acaso no recuerdas que casi me termina por qué lleve muy lejos lo que hice con Luis?.

El goldador rio. —Si... Pero no necesito está vez que lo engatuses por semanas y fingas ser su novio por 3 meses. Lo único que necesito es que lo beses mientras yo le tomo unas fotos y listo.

Mike negó. —Lo siento Uriel, pero no lo haré. De verdad que es hasta cansado pensar que tengo que estar nuevamente al lado del Lobo.

—¿Entonces me vas a negar el favor?. —Uriel cruzó sus brazos incrédulo.

—Eso es un hecho. —El pecho azul alzó los hombros.

—Se te olvida que gracias a alguien conociste a un tal Daniel. —El goldador se dió la vuelta para ir nuevamente a la silla de su escritorio.

Mike alzó sus cejas y se acercó a Uriel. —Es en serio que me lo vas a echar en cara.

El goldador miro seriamente al pecho azul. —Lo siento zorro, pero favor con favor se paga, y si tu ahora no estas dispuesto a regresarmelo, está bien. No pasa nada, solo que la próxima vez que llegues o necesites ayuda de alguien, por favor, no cuentes conmigo. —Uriel tomo las carpetas que había en su escritorio y reviso su contenido.

—¿¡En serio te vas a poner así!? —Pregunto sorprendido Mike.

El goldador lo miro serio. —Eso fue todo, ya puedes retirarte, tengo mucho trabajo por hacer.

—¡Maldita sea Uriel!. —Rio el pecho azul. —¿Realmente me estás hablando en serio?.

—Si. —Dijo sin dirigirle la mirada. —Y apúrate o si no me voy a ver en la penosa necesidad de llamar a seguridad para que te retiren de mi oficina.

—¡Ash!. —Mike cruzó sus brazos bastante enfadado. —¡Está bien, está bien!... Te ayudaré. —Lo miro fijamente. —Pero con una condición.

—¿Y cuál es esa condición?. —Pregunto Uriel esbozando una ligera sonrisa.

—Esto solo lo sabremos tu y yo.