Naruto Senju Namikaze

El amor de una madre.

Kushina se despertó agotada, su cuerpo le dolía como nunca, no era para menos le habían extraído el Kiuby además de dar a luz a tres bebes al mismo tiempo. Miró el techo blanco del hospital mientras se sentaba aguantando el dolor.

Los recuerdos de la noche anterior llegaron a su mente, sintió una punzada en su corazón cuando recordó como su esposo se había sacrificado para salvar Konoha sellando al Kiuby, la mitad Ying en su hija Mito y la parte Yang en Natsumi mientras que el alma de la bestia en su hijo mayor Naruto.

Alcanzó el costado de la cama y dejo que sus pies tocaran el cerámico frió del hospital, con un respiro se levanto con mucho esfuerzo. La puerta de la habitación se abrió entrando Jiraya, Hiruzen, Tsunade y Kakashi. Todos parecieron atónitos cuando miraron a Kushina de pie, Tsunade corrió hacia Kushina.

"Kushina incluso si eres una uzumaki esto es demasiado para ti, te han desgarrado el kiuby de tu cuerpo, debes descansar" Ella la regaño pero Kushina no le presto atención. Tsunade la trajo devuelta a la cama mientras empezaba a revisar su heridas.

"Deberías estar bien después de una semana de descanso. Pero has recibido mucho daño en tus bobinas de chakra, eso tomara bastante tiempo para recuperarse. Tendrás que pasar un par de años en rehabilitación para dejar que tu chakra vuelva a la normalidad." Ella dijo mientras Kushina asentía con la cabeza.

"Bien debo irme tengo que verificar las otras cirugías que están sucediendo, el ataque del Kiuby dejo a muchas personas heridas." Tsunade dijo y se fue cuando Hiruzen le dio un agradecimiento por regresar al pueblo en un momento de necesidad. Sabia que era solo temporal, pero el pueblo necesitaba de sus habilidades medicas y estaba contento de que ella estuviera allí.

Ella ya había salvado varias vidas de personas que habían sido gravemente heridas en el ataque del Kiuby, no podía estar más orgulloso de su alumna. Camino hasta la cama de Kushina y le toco el hombro, ella sorprendida le devolvió una pequeña sonrisa, aunque detrás de esa sonrisa había un dolor muy grande.

"Hiruzen, ¿Dónde están mis hijos? Por favor, tráelos a mi" Kushina dijo con voz suplicante y Hiruzen asintió con la cabeza mientras los tres hombres caminaban hacia las cunas y tomaban a cada uno de los bebés que dormían pacíficamente. Hiruzen y Jiraya pusieron a las chicas gemelas pelirrojas en los brazos de Kushina mientras ella los miraba sonriendo. Habían heredado por completo sus rasgos como uzumaki, miraron a su madre con sus hermosos ojos violetas y volvieron a dormir. Kakashi dio un paso adelante para entregar a Naruto, se inclino extendiendo sus brazos con cuidado de no despertar al pequeño rubio.

Kushina vio al bulto rubio en sus brazos, sus ojos se abrieron cuando poso su primera mirada sobre él, de inmediato reconoció esas dos marcas suaves en cada una de sus mejillas y recordó lo que sostenía. El recuerdo del Kiuby perforando el estomago de Minato con su garra, y Minato interponiéndose para salvar a Naruto y finalmente sellar el alma en el. Sus manos abofetearon las de Kakashi.

Kakashi se inclino levemente hacia atrás por puro reflejo, mientras que las manos de Kushina no alcanzaron a tocar al pequeño rubio, Jiraya y Hiruzen se sorprendieron por el gesto de Kushina y Hiruzen decidió expresar su confusión.

"Kushina ¿Qué pasa? ¿No quieres abrazar a tu hijo?" Pregunto suavemente mientras miraba a Kushina quien lo miro con unos ojos fríos que lo confundió aun más.

"Esa 'cosa' ya no es mi hijo" Dijo en un tono helado mientras que los tres se quedaban boquiabiertos ante lo dicho.

"Kushina, ¿Qué quieres decir con que Naruto no es tu hijo?" Jiraya pregunto en voz baja tratando de no asustar a los niños dormidos.

"Mi hijo murió en el momento en el que Minato sello el alma del Kiuby en su interior. Está poseído por el demonio que mato a mi esposo y que casi destruye la aldea por completo, mira esos bigotes en sus mejillas son prueba suficiente. Cuando yo era Jinchuriki del Kiuby nunca tuve esas marcas, él es la razón por la cual mi esposo me dejo sola" Ella dijo mirando directamente el paquete rubio que estaba en los brazos de Kakashi que lo sostenía en un abrazo protector mientras retrocedía unos pasos de la cama. Hiruzen estaba atónito por lo que había dicho Kushina y por el odio con el que miraba a Naruto.