La vida es solo una.

Parte Única.

Pasos acelerados y firmes resonaban en el pavimento de las calles poco abarrotadas de gente a esa hora. Una chica pelirroja, con sus mejillas sonrosadas y una respiración acelerada cruzaba las calles de manera espontánea y cautelosa, observando al estar del otro lado el mensaje que caía a su celular, sonriendo por ver el nombre de la persona.

André
"Lo lamento, no tenía el valor de decirlo...no me busques más."

Visto.

Muy tarde, estaba esperando hace dos días por su regreso. Sonreia observándolo salir de aquel hospital, caminando con más apuro, con una gran sonrisa sin percatarse del alrededor.

—¡André!—de sus rojos labios salió aquello, llamando la atención del mundo, y con aquel llamado un último ruido sordo, el olor a llanta quemada y gritos, muchos gritos se hicieron oír.

Con rapidez, el chico que recién se recuperaba corrió hacia ella.

—Tú, tú no me puedes hacer esto, por favor. Regresa, quédate.

Conmoción.

—Resiste, por favor, solo, solo un poco más...—acariciando el rostro de la chica que le sonreía con lo que se le permitía.

Frustración.

—La vida..es...una, ¿sabes?—reía con poca fuerza—

Culpa.

—¡LLAMEN A UNA AMBULANCIA POR FAVOR!

silencio.

...

—He encontrado sentimientos hacia alguien—Aquellas palabras resonaron en los tímpanos de la pelirroja–Merlyn, quiero que comprendas mi decisión, ya no siento amor hacia ti.

—Mientes—interrumpió buscando los ojos contrarios, ojos que le esquivaron–¿qué es tan grave para que me digas algo así de hiriente?–él negó—Dime a los ojos, acércate a mi rostro y sin besarme, sin dudar de tus palabras dime que has encontrado a alguien mejor.

...

—Perdóname, esto ha sido mi culpa. Todo ha sido mi culpa, te he engañado, no creí que me buscarías, perdóname, por favor, perdóname y quédate.

El sonido de las Ambulancias resonaba muy fuerte, en su cabeza invadían muchos recuerdos mientras sostenía el cuerpo pálido y casi destrozado en sus brazos, llorando a moco tendido sobre aquellas ropas.

—siempre te ves bien ¿sabías?—susurró acariciando los cabellos.

—lo sé, siempre fue así, tu...te ves mejor—ella le sonreía con debilidad, cortando las palabras. El chico se negaba a dejarle, los paramedicos tuvieron que dar un tranquilizante y entre forcejeos la última palabra fue "Déjame ir y vive, ahora que puedes".

La vida es solo una.

...

4 meses antes.
Hospital nacional de Madrid

—¿tumor cerebral? ¿Alguna cirugía?—el chico de cabellera negra comenzaba a desmoronarse ante la noticia. El doctor habló.

—es muy arriesgado pero se puede intentar—solo tenía 3 meses de vida, no tenía nada por lo que vivir en aquel instante, dejando salir un largo suspiro se negó.

8:00 pm.

A paso tranquilo, luchaba por seguir en línea recta su camino. Tambaleándose hacia los lados, yendo en la carretera, había estado bebiendo.