- Segura- digo tartamudeando por la cercanía del chico. ¿Cómo puede oler tan bien?
- ¿Te pongo nerviosa bonita?- dice con su sonrisa característica.
- Eh, claro que no, aparta.- lo empujo por el hombro y paso. Mala decisión, me tropiezo y una mano agarra mi cintura.
- Lo siento, no me he dado cuenta- digo bajito.
Él se queda mirando mis ojos, sin decir nada. Estamos tan cerca que puedo sentir su aliento chocar en mi mejilla. Elián baja la vista a mis labios y ellos se abren ligeramente, como si quisieran ser besados por los suyos. Cada vez la distancia es menor, ninguno de los dos dice nada. Él me mira los labios, yo miro los suyos. Cuando nuestros labios están a punto de tocarse se oye el ruido de la puerta abrirse. Nos separamosrápidamente y dejo salir el aire contenido. Un leve sonrojo aparece en mis mejillas.
- Te dije que dejaras que me encargará yo.- se oye una voz masculina que debe venir de la puerta.
- Y yo te dije que lo iba a hacer yo- le responde otra voz, pero esta es femenina.
- Te he dicho mil veces que dejes de meterte en lios...
- Que sí, eres un pesado.- contesta la voz femenina. Cada vez están más cerca.
- Mira Bri, no voy a discutir más contigo, eres imposible.- nada más decir esto, ingresan por la puerta del salón los dueños de las voces de antes.
- Tú si que eres imp...- nada más verme se calla. Parece que ha visto a un fantasma. El otro chico también se ha callado y tiene la misma cara que ella.
- Hola chicos, esta es Indivar- responde Elián, con un tono de diversión.
- ¿Es ella? ¿Es la chica que buscamos?- pregunta Bris, supongo que se llamará así.
- Si, es ella, pero no la asustéis, aún no sabe nada. -le contesta Elián, y acto seguido me mira.- Bueno, ellos son Briseida y Brais, los hermanos más pesados que conocerás.- ¿Hermanos? Solo se parecen en su pelo y ojos, por lo otro no.
Él es alto y fuerte. Ella es bajita, pero también se nota que está en forma. Él tiene la cara llena de pequitas y sus labios son muy gruesos. Ella, sin embargo, tiene la piel sin ninguna mancha, y sus labios son finos. Los dos tienen los ojos castaños y el pelo rubio. Por lo demás no parecen hermanos.
- Emm, hola. ¿Por qué me buscáis?- pregunto demasiado confundida.
- Será mejor que te sientes, bonita.- al decir esto, los tres se sientan en los sofás y yo los imito.
- Verás, te buscamos porque tienes algo que nos pertenece. - esta vez habla Brais.
- ¿Se puede saber porqué yo tendría algo de unos completos desconocidos?- esta vez ya no estoy tan segura de si son unos desconocidos o no.
- El problema es que no somos tan desconocidos para tí.- responde Briseida y acto seguido saca una fotografía de su bolsillo.
La fotografía está un poco mal cuidada. En ella se encuentran 4 niños, de unos 10 años, jugando en un parque. Dos niñas y dos niños. Hay un niño que tiene el pelo oscuro y los ojos azules, como Elián, no hace falta ser adivina para darme cuenta de que es él. Él está mirando a la niña de su lado con una grande sonrisa. Esta tiene el pelo rizado y ojos verdes, parece que lo está pasando muy bien. Al lado suyo están un niño y una niña que parece que están discutiendo por una pelota. Me he dado cuenta de que esos niños son Elián, los hermanos B y una niña que no sé quién es.
De pronto siento un horrible dolor de cabeza y un recuerdo fugaz viene a mi mente.
-Venga Indivar, ven a hacerte una foto- dice el niño de pelo oscuro.
-Ya voy, estaba pintando a Al.- respondo yo, dejando caer la tiza y levantándome del suelo. Se ve que soy la niña de pelo rizado.
- Papá, dile a Brais que me deje jugar con la pelota, que también es mía. - la niña de pelo rubio se gira hacia el hombre que sujeta una cámara
- Venga Brais déjala jugar a ella también, pero primero poneros todos juntos. - al decir esto coloca la cámara y se pone a hacer una foto. En ese momento me estoy riendo porque el niño de pelo oscuro, Elián creo, me está diciendo algún chiste malo.
-Recordad que a partir de las 18:00 tenéis que entrar dentro de casa, que estar aquí es muy peligroso.- el padre de los hermanos B dedica una sonrisa a los niños y entra en la casa.
La casa es grande, las paredes estan pintadas de blanco. La puerta es grande y hay una gran terraza, donde hay unas cuantas sillas y mesas.
-Venga Indivar, ven a jugar con nosotros.- Elián agarra mi mano y sale corriendo hacia los hermanos B. Ellos están discutiendo de nuevo por la pelota, aún así, se vé que se quieren y que darían la vida por el otro.
-No me apetece jugar, estoy muy cansada, no me hagas correr. - al decir esto Elián me mira asustado.
- ¿Qué te pasa? ¿Han vuelto las pesadillas?- yo no le respondo.
-...
-Indivar, Indii- esa voz, ha cambiado, no es la de un niño ya
-Indivar, ¿Qué te pasa?- esa voz cada vez es más cercana.
Cuando me doy cuenta, veo que no estoy en mi recuerdo, si no que en la casa de Elián.
- ¿Esa niña soy yo?- mi voz es un susurro, no puedo creer que esa sea yo.
- Sí bonita. - La voz de Elián es dulce, ya no hay ningún tono de diversión en ella.
Aparto los ojos de la fotografía y me levanto de golpe. Cuando me doy cuenta ya estoy en la calle. Mis piernas se mueven con mucha rapidez. Mi mente va a toda velocidad, y los latidos de mi corazón cada vez són más fuertes. Me está costando mucho respirar y el dolor de cabeza vuelve, esta vez es más intenso.
De pronto, ya no oigo nada, todo se nubla a mi alrededor y siento como mis piernas fallan.
____
Hola, ¿cómo están?
¿Qué os parecen Brais y Briseida?
¿Porqué se conocen?
Espero que os haya gustado el capítulo.
Si os ha gustado os agradecería mucho que dejaráis vuestra estrellita.
Nos vemos en el próximo capítulo.
-Kiara.