Prólogo

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¿Como había caído en las redes de un chico tan rápido? Los encantos de Seo Changbin eran de los más peligroso para cualquier hombre o mujer, su rostro pálido, con sus facciones tan perfectas. Sin duda era el tipo ideal de muchas chicas y chicos también, después de todo, yo era uno de ellos. Había pasado tan rápido que apenas me pude dar cuenta.

-Changbin -lo llamé en un pequeño susurro-. ¿Tu crees en el amor a primera vista?

-No lo hacía hasta hace un tiempo -me contestó mirando el cielo con ambas manos detrás de su nuca.

-¿Y que te hizo creer en el? -mi vista se fijó en el, sus ojos café obscuro, donde las estrellas se reflejaban perfectamente. Su nariz perfecta, casi imposible que una persona la tenga por naturaleza y sin operarla, pero el la tenía, estaba frente a el. Sus pómulos redondos, y sus labios pequeños y carnosos.

-Pues, cuando conocí a la pequeña rosa que estaba parada en el jardín.

La rosa en el jardín Donde viven las historias. Descúbrelo ahora