1. Milo's City Café

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Sienna:

Pantalones ceñidos, convers y chaqueta de punto atada a los hombros. Ese es el estilo de chica con el que me cruzo de camino a Milo's city café. Aquí en Portland, hay diversos estilos de moda según la edad. A la mayoría de niñatas de dieciocho años como yo, les gusta ir con prendas apretadas, aunque yo me decanto por la ropa holgada.  Eso nunca ha sido un problema ya que no soy la única de la ciudad en vestir así, pero siempre está el típico niñato de la secundaria que por tal de llamar la atención, dice que si ese pantalón es de mi padre, a lo que siempre he tenido que objetar diciendo que és un imbécil. Digo niñatas porque a lo largo de mi vida me he encontrado con muchas miradas silenciosas de varias chicas mirándome, cual bicho raro, por no ser igual que ellas.

 Estamos en época de pre-navidades, y la ciudad ya se va viendo decorada con un ambiente cálido, que se contrasta con el frio exterior del ambiente. El Milo's city café, se ha convertido en un habitual, desde que Mia y yo lo tomamos como punto de encuentro cada viernes después de clase. 

Mia es esa amiga que no ves casi nunca, pero que cuando os volvéis a ver es como si os visteis ayer porque nada cambia entre vosotras. 

Voy medio sudando por el camino debido ya que me estaba probado ropa nueva tranquilamente por tal de estrenar lo máximo posible hoy, y es que justamente el jersey que he escogido pica más que mil demonios. Soy una de las pocas personas que necesita estrenar cosas nuevas en cuanto ve la oportunidad, y si es el día siguiente o el mismo dia, mejor, porque nunca sabes si vivirás al día siguiente para ponértelo. 

Amo el outfit que he creado de imprevisto, porque aunque el maldito jersey me pica constantemente cuando me roza, me encanta estéticamente. Es ancho, de color azul cielo pastel, con pequeñas cerezas rojas de pelito suave que sobresalen. Básicamente me lo compré porque es muy  Harry Styles, o eso creo yo. Justo encima, me he puesto una chaqueta negra ancha tipo puffy. También llevo unos jeans wide-leg, de estos que ahora le llaman estilo aesthetic o estilo Pinterest, pero vamos, que yo los he estado llevando toda la vida, y la gente se reia de mi, pero como ahora estan de moda... Y algo que nunca puede faltar son mis buffalo de color crema. Insistí mucho para poder comprármelas, y juro que me encantan.

Estoy llegando a la esquina del café cuando veo a Mia sentada en una mesa con dos capuchinos. Seguramente hoy tiene algo importante que contarme, porque normalmente nunca pide antes de que yo llegue. Una parte de mi, se asusta y quiero entrar enseguida y preguntarle, pero los minutos se me hacen eternos. He llegado a la puerta finalmente, pero las piernas me pesan, y la puerta está más atascada que nunca. O tal vez es mi cabeza, que està tratando de obtener el más mínimo detalle.

Allí está Mia, guapísima, con el maquillaje intacto y natural, aunque lo que más me llama la atención es que su cara está algo descompuesta. Su melena castaña se encuentra recogida en una coleta alta y larga conjuntamente a su característico flequillo. Todavía no he encontrado a ninguna otra persona que le quede tan bien como le queda a Mia. Lleva un peto denim negro, con un jersey gris  remetido por este, por lo que solo se pueden ver las mangas y poco más. 

Cuando se gira hacia la puerta, por el sonido de la campanita navideña que ha chocado contra la puerta al abrirla, se le iluminan los ojos, y parece que todo lo malo que le ocurre desaparece por unos instantes, aunque de nuevo, baja la cabeza suavemente hacia su capuchino con la mirada perdida y unos ojos que miran pero no observan.

El corazón me va a mil por hora. Quiero vomitar y mi alrededor me da vueltas. Y es que tengo miedo. Miedo a lo desconocido.

A medida que me voy aproximando a ella, se vuelve a girar efusivamente hacia mi con una amplia sonrisa, como si anteriormente no me hubiera visto, dando toquecitos en el asiento de al lado indicándome que me siente ahí. Sin comprender nada lo hago. Lo primero que se me pasa por la cabeza de manera inconsciente, es empezar a analizar su rostro. Tiene la nariz roja y los ojos llorosos. Sin pensarlo dos veces, no me ando con rodeos, y opto por preguntarle.

- Pasa algo? Te veo algo...diferente.- Rápidamente me viene otro pensamiento a la cabeza.- No lo habréis dejado Nash y tú, no?- Mia, se frota la nuca por lo que me lo tomo como un sí.- Es eso no?

Mia además de ser mi mejor amiga, es la novia de mi hermano Nash. Sinceramente, nunca pensé que llegarían tan lejos. Debo admitir que al principio de la relación me costó mucho ver a mi hermano con alguien, y más cuando ella es prácticamente mi mejor amiga. Digo prácticamente, porque la cosa entre nosotras ya no era lo mismo desde hace un año. Se convirtió más en la novia de mi hermano, que en mi mejor amiga. Al principio, se me hizo muy duro que Mia viniera a casa y que se fuera con Nash a su habitación y no a la mía para hacer cosas juntas. Y es que parece una tontearía y bastante toxico por mi actitud y mi manera de pensar en aquel momento, pero cuando tu mejor amiga es prácticamente tu única amiga en la que poder confiar, y empieza a salir con tu hermano mayor, sientes que éste te ha robado lo único bueno de tener amigos. Es la misma sensación que cuando Nash me rompía o me pintaba mis muñecas o me rompía las cosas porque es mi hermano mayor, y como hermano mayor solo quería fastidiar mi existencia porque soy la pequeña de la casa. Pues así me lo tomé al principio, hasta que vi que lo suyo iba en serio, y por lo tanto me distancié de ambos para dejarles su espacio y que no estuvieran tan preocupados por lo que yo pensara. 

Mia al principio no me contaba nada intimo sobre ellos, porque es mi hermano y tampoco me hace falta saber todos los detalles de como hace las cosas mi hermano- ugh, que asco solo de pensarlo- pero con el paso de los meses, le fui dando confianza y empezaba a salir con ellos y nos lo pasábamos bien. Todo fue tener que aceptar que uno no elige de quien se enamora, y si ellos se complementaban, pues yo los iba a apoyar siempre. Entonces como ya he dicho antes, Mia y yo todos los viernes después de clase quedamos en el Milo's para tener un poco de privacidad sin mi hermano de por medio y para contarnos cotilleos de la semana.

A todo esto, Mia me contesta:

- No tiene nada que ver con tu hermano, Sienna...- tras una breve pausa.- Realmente no se como explicarte esto.- Da un sorbo a su capuchino. El corazón no me ha ido nunca en la vida tan rápido como en esta media hora. Prácticamente se me va a salir del pecho. Es la misma sensación de fatiga, nerviosismo y angustia de cuando alguien te escribe por mensaje un "tenemos que hablar" por la noche y no te contesta hasta la mañana siguiente. Se te pasan mil cosas por la cabeza, no puedes dormir, y sientes que vas a morir por infarto.-...Odio a tu hermano por dejarme a mi tener que explicarte esta situación tan difícil.

-Pues suéltalo de una vez, porque me estás asustando muchísimo... Tiene algo que ver con mi madre?.- Mi familia desde que yo tengo uso de razón, ha sido una familia desestructurada, pero no una familia desestructurada como las demás; padres divorciados, cada fin de semana con uno diferente. Mis padres nos complicaron la existencia a mi hermano y a mi yendo más allá de lo habitual. Cuando se divorciaron, mi madre encontró uno de los mejores trabajos que podría haber encontrado para mantenernos aunque la única condición era que tenia que estar disponible para viajar cuando y cuanto sus jefes quisieran, por lo tanto viajaba mucho por trabajo, y aunque no me guste, no le puedo decir nada porque lo hace por nosotros. 

En cambio mi padre, desde el minuto uno, decidió formar otra familia donde yo y mi hermano no incluíamos en ella. Nos mandaba dinero cada mes, y una carta, que parecía por compromiso. Es más, cada vez que tenia que vernos, como le recordábamos que vivió una vida junto a mi madre, nuestro padrazo dejó de vernos poco a poco. Primero, empezó a poner escusas de trabajo para no venir a recogernos cuando nos tocaba con él el fin de semana o  que queríamos pasar tiempo con él. Meses más tarde, dejamos de recibir sus cartas mensuales, y solo se dedicó a enviarnos dinero, como si eso compensara lo mal padre que era. Actualmente lo único que sabemos de él es que tuvo dos hijos, porque tuvo el gusto de enviarnos una postal de navidad el año pasado con su mujer y ellos. Todos dicen que la gente merece segundas oportunidades pero no se si yo quiero dársela.- Por favor Mia dime algo. Tiene que ver con mi madre, si o no?

Mira hacia todas partes con la mirada baja.- Bueno, si. - Sin pensarlo me pongo en lo peor. Al ver mi cara descompuesta, rápidamente añade:- Nono, no es nada super malo tranquila.

-Entonces?- Me relajo un poco.

- Tu madre no estará por navidades. -Vaya tontería, eso no es nada nuevo. Seguramente a Mia le sabia mal decírmelo, pero no era para tanto. Tenia el cuerpo tan malo que me pongo a reír inconscientemente- No es solo eso Sienna. Tu padre... - No, no, no, no...- os ha invitado a pasar las navidades con él y tu madre le ha dicho que iréis.

-Qué?!

Nada másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora