Prólogo.

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¿Cómo se siente el amor? Algún día me gustaría saberlo.

¿Será dulce y hermoso como las personas dicen? ¿O será agrio y amargo como mi tía solía decirme?

Yo creo que el amor puede ser de ambas formas. Puede ser dulce y cálido, así como una galleta de chocochispas recién salida del horno, como también puede ser amargo, tal y como un trago de cerveza caliente.

Me pregunto si el amor que yo encontraré será tan dulce como el pay de cereza que mi madre solía prepararme cuando estaba triste o si será tan amargo como los tragos de café americano que mi padre tomaba antes de fallecer.

25 de febrero del 2015.

Creo que este fue el día. El día en que finalmente conocí aquel amor que solía ser tan dulce como los smores pero que se volvió amargo una vez que el malvavisco se quemó demasiado.

Tenía quince años, me encontraba en el aula vacía de música junto a mis mejores amigos: Jisung, Changbin y Jeongin.

Changbin solía actuar como un hermano mayor para todos nosotros, sólo era más grande por un año, pero era más que suficiente como para tratarnos al igual que sus pequeños hermanos; no lo culpo, él siempre deseo tener hermanos más pequeños para enseñarles a cómo conquistar o apoyarlos cuando lo necesitaran, pero sus padres nunca pudieron darle hermanos.

Jisung es a lo que yo describo como un alma gemela, no en un sentido amoroso, pero en verdad nos complementamos bastante bien; nadie nos cree cuando les decimos que al principio nos odiabamos a muerte, pero esa es la verdad.

Finalmente está Jeongin, fue el último en integrarse a nuestro pequeño grupo. Él es el menor entre todos nosotros, es como nuestro hermano más pequeño, es muy apegado a mi y a decir verdad, eso es bastante adorable.

Y ahí estaba yo, el segundo mayor del grupo, aterrado de confesar su amor.

– ¡Vamos, Hyunjin! Tú puedes hacerlo, no puede salir peor que la vez pasada. – mencionó Changbin, buscando la manera de darme algo de aliento para atreverme a confesar mi amor.

– ¿La vez pasada? – como mencioné, Jeongin fue el último en integrarse, la última vez que intenté esto fue hace un año y medio.

– ¡Prometieron no hablar de eso! – era algo vergonzoso para mí, a decir verdad, para cualquiera.

A pesar de que Jisung y yo éramos mejores amigos, eso no lo detenía de apuñalarme por la espalda.

– Hyunjin planeó decirle lo que sentía hace más de un año, pero cuando estuvo frente a él, no pudo evitar hacerse pipí de los nervios, su madre tuvo que venir por él. – Jisung y Changbin comenzaron a reírse a carcajadas, Jeongin terminó por unirse.

Sinceramente no fue así como pasó...

– ¿Podrían dejar de burlarse de mí por un momento y ayudarme?

– Pero si ya te ayudamos, el resto lo debes hacer solo, ¡así que adiós! – Jeongin fue el primero en huir, Jisung y Changbin no tardaron en unirse a él.

Lo último que hice antes de salir del aquel salón vacío fue tomar una larga y profunda respiración para reunir el coraje que necesitaba.

Salí y me encaminé hacía su salón, el cuál estaba a unas tres habitaciones de distancia.

– ¡Felix!

Ahí estaba él, luciendo tan deslumbrante como siempre, sus pecas parecían las mismísimas estrellas, su sonrisa era tan blanca como la luna y sus rubios cabellos simulaban los rayos del sol.

Recuerdo que su reacción fue voltear a verme y sonreír, pero aquello fue suficiente como para derretir mi corazón.

– ¿Puedes acompañarme?

Felix aceptó y se encaminó conmigo hacia el salón que había preparado para él.

Para ser sincero, creo que fui algo (bastante) cursi, pero no podía evitarlo, aún no entiendo cómo mis amigos pudieron soportarme.

Al entrar al salón, lo vi sonreír ampliamente, su sonrisa era similar a la de un pequeño niño cuando recibe de cumpleaños aquel juguete que pidió y que tanto anhelaba.

– Quiero... cantarte algo.

Tomé una de las guitarras del aula y tomé asiento en una de las bancas, comenzando a tocar una suave melodía.

I've been afraid of my place, of this way, of my feelings, but I'm amazed ay how we talk...

En mi memoria se quedó aquella imagen de ese joven chico frente a mi, sonriendo mientras movía suavemente su cabeza al ritmo de la música.

Am I wrong to love a man? I realise, I realise ain't gotta hide this heart of mine.

Al terminar de cantar, dejé la guitarra a un lado y me levanté para quedar frente al chico.

– Felix, me gustas mucho... de verdad, así que me preguntaba... ¿Si me das el honor de ser tu novio?

– Pensé que jamás preguntarías. – rió levemente abrazándome fuertemente, mientras pasaba sus brazos por encima de mis hombros. – Me gustaría mucho que fueses mi novio, Hyunjin.

Le devolví el abrazo, sosteniéndolo por la cintura, mientras escondía mi rostro en la hendidura de su cuello. Finalmente lo había logrado.

– Nunca había sentido esto por alguien, así que... ¿Podrías enseñarme cómo amar?

Para ser sincero, yo tampoco lo sabía, así que sólo tuve una rara sensación en el estómago al no saber cómo responder.

– Yo tampoco sé... Pero podemos aprender juntos.

Y permanecimos así unos minutos así, en nuestro cómodo silencio acompañado de un abrazo que se sentía más cálido que las galletas de chocochispas recién salidas del horno que imaginaba.

Ese momento se sentía mucho más dulce que los pays de cereza de mamá, era mejor que los smores recién hechos y no sabía para nada al amargo café americano puro que solía tomar mi padre por las mañanas.

Ojalá pudiera haber mantenido esa sensación para siempre, ojalá pudiera haber hecho que el permaneciera conmigo por mucho más tiempo.

Pero era joven, ingenuo y creía que nada cambiaría jamás, aunque tú y yo lo sabemos.

Nada es para siempre: ni la vida, ni el dinero, mucho menos el amor.

Hay muchas cosas que anhelo, me hubiera gustado que terminaramos de otra forma, que hubieras tenido aquel giro inesperado y feliz de película que te mereces, pero lo que más anhelo es que siguieras aquí conmigo.

Porque te extraño.

Porque me haces falta.

Porque aún te amo.

broken memories ; a hyunlix's storyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora