29. Si alguien va a irse no seré yo.

11 2 0
                                    

Thelma, Chandler, Keith, y Amanda, van saliendo del salón.

Los cuatro se ven felices. El brillo en los lazos que crearon entre ellos es fuerte, espero que siga siéndolo siempre.

Giro a mi derecha y veo que Vincent está en sentado en su trono al igual que yo, solo que mirando hacia el frente. El lazo de luz entre ambos no existe, y no sé si porque no puedo ver nada con lo que se refiere a mi, o porque en realidad no existe.

-Noche de bodas- escucho su voz-Espero que esas mujeres sepan lo que deben de hacer.

El comentario de mi rey me cayó como una patada. Golpe seco, duro, dolor remanente.

Estos han estado presentes desde la primera vez que me forzó a estar con él. Intento ser su mujer perfecta pero nada le es suficiente y sigue recalcando mis errores pasados. Aunque ayer fue la unica vez que intenté poner más resistencia y resultó peor.

Me siento culpable, no quiero hablarle de eso a nadie porque sé que van a decirme que es mi deber, y los que se preocupan por mi, como Keith, Mirari, y Thelma. No podrán hacer nada y solo se preocuparan.

He tratado de complacerlo sin poner objeción. He mantenido mi boca cerrada para evitar que siga diciéndome cosas. Incluso he dejado de ser tan cercana a Keith estas ultimas semanas. Todo para no hacerle creer a la corte que soy infiel.

-Mi reina-extiende su mano a mi y me sonríe- ¿me concederías este primer baile?

Nuestra boda al ser hecha lo más pronto posible no se hizo el gran baile de siempre. Si bien era una boda y coronación a los reyes, todo fue estrictamente religioso. Con una cena para los invitados, pero sin un baile.

Tomo su mano y lo dejo guiarme hasta el centro de la pista.

Alzo mi mano al igual que él y colocamos nuestras palmas juntas dando vueltas alrededor de ellas, luego se acerca tomando mi cintura y alzándome un poco en el aire.

Al bajar, Vincent rompe el silencio.

-Tengo la duda de hasta cuando vas a explotar conteniéndote de decirme todo lo que piensas.

No respondo, desde lo de anoche no le he hablado más que lo necesario.

En mi cabeza he estado repitiéndome por días: Si pide algo, se lo doy, si quiere que haga algo, solo lo hago, si quiere que me quede en silencio, lo hago. Si quiere besarme para aparentar ante la corte, dejo que lo haga.

Ha ganado, en tan pocos días llegué a odiarlo tanto que debería arrepentirme de haberle deseado cosas que no debería ni siquiera de pensarlas. Odio que me toque, odio que me hable, odio su presencia y su voz, odio siquiera sentir su olor junto a mi cada noche.

Odio llorar cada noche después de estar con él.

Pero ayer llegué a mi limite, no he podido decir más que un par de palabras cada vez que me habla. No quiero tener que volver a hablarle en mi vida. Me ha lastimado mucho, y ayer todo fué peor.

-Me pregunto si me casé con una reina o con una estatua, no me hablas nada desde esta mañana, y desde hace semanas me evitas durante el día.

-No tengo nada que decir.

-O tal vez tienes tanto que decir que sabes que si quieres vivir, no deberías hacerlo- murmura cerca de mi oído.

-Tal vez.

-Te volverás loca si no lo haces.

Asiento-Me han dicho loca por hablar cuando se supone debí estar callada.

Vincent toma mi mano con tanta fuerza que me hace daño. Aprieto mi mandíbula intentando no quejarme frente a todas estas personas.

Hoy quería usar un vestido con mangas llenas de bordados pero eso dejaba ver mi piel debajo, y las marcas que dejó Vincent ayer eran evidentes. Al no tener otro vestido tuve que optar por soltar mi cabello para camuflarlo al momento de caer sobre mis hombros ya que el maquillaje no los cubría por completo.

Perfecta creaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora