En Los Mapas De Tu Piel

56. Lápiz y Tinta

Quiero sentir

Vivir

Dibujar paisajes a tu lado

Buscar un lápiz para esbozar felicidad

Encontrarlo contigo

Y escribir nuestra fecha a tinta

Para que no se pueda borrar

AITANA

25 DE AGOSTO

Dicen que somos aquello que luchamos y creamos cada día para deconstruirnos en sueños de noche, esos que queremos hacer tinta y la vida amenaza con borrar aunque dibujemos con lápiz.

Dicen que podemos cambiar todo, que lo único escrito a bolígrafo es que nacemos y morimos, el resto va a lápiz.

Dice que somos esos momentos que anhelamos vivir y por lo que damos cada paso, por lo que trabajamos y volcamos nuestro esfuerzo para dejar tinta en el intento.

Dicen que el trabaja dignifica, y yo lo único que tenía claro es que cuando haces algo que te gusta las horas pasan y pasan tanto que a veces ya no estás dignificada sino esclavizada porque nunca dejas de pensar en el trabajo y los lápices a veces quieres lanzarlos por la ventana o dejarlos olvidados en ese moño que recoges hastiada.

Parecía que apenas tenía otra vida que no fuera el restaurante en ciernes en Ourense. Me levantaba a las 6 de la mañana y me acostaba a las 12 de la noche. El registro de mi teléfono bien podía parecerse a una guía telefónica de proveedores de toda Galicia.

Por suerte había pasado la fase de las llamadas con el arquitecto y los obreros, los suelos estaban ya totalmente saneados y los nuevos de los baños públicos y de personal de la primera planta listos de obra, las paredes pintadas, la terraza que habíamos ignaurado con nuestros amigos al fin tenía el acabado de resina aplicado y los techos habían sido totalmente restaurados respetando su aspecto original. Aunque ahora tenía una nueva tarea que hacía que me doliese más la cabeza, porque requería de la ayuda de Ago para acabarlas y este tenía una vida que sí vivía, a diferencia de lo que me parecía que tenía yo ahora mismo.

Agradecía que Luis estuviese pendiente puntualmente de las obras para restarme peso de trabajo, pero a veces evitaba hacerlo porque lo veía también hasta arriba entre el trabajo con Don Tomás por la mañana y ayudar a organizar el gimnasio por las tardes. Tampoco ayudaba que Roi estuviese al lado con el bar agobiado por lo que él ayudaba, el hándicap era que se transmitían esa sensación de agobio constantemente a la par que se reían y olvidaban porque se estresaban.

Por otro lado quedaba estar pendiente de que el ayuntamiento no presentase recurso al haber cambio de propietario en la finca de Noguerosa, y que se pudiese conservar, sin contar de que Luis seguía estando pendiente aún del abuelo, que aunque él decía que fue una penita lo cierto es que las revisiones ahora eran más frecuentes, la dieta más estricta y la pierna no había sanado tan rápido como él quería hacernos creer.

Durante unos días Luis había estado enormemente enfadado pensando que todo había sido un invento de su abuelo, no era la primera vez que echaba teatro para conseguir que hicieran algo a su modo, sin embargo al alargarse más de dos noches su hospitalización se concienció que de nuevo su abuelo no era un mentiroso, sino que como todos los padres del mundo se mantienen fuertes frente a sus hijos y nietos para no preocuparlos, porque la realidad es que ese subidón de azúcar le podría haber acarreado más problemas de los que por suerte sólo le acarreó una cetosis que realmente antes de llegar nosotros a Ourense le tuvo bastante mal, sin embargo la medicina a veces es muy certera y desde las once de la mañana que se desmayó había transcurrido medio día donde la medicación había hecho sus bondades.