Prefacio.

8 0 0
                                    

Un grito bañado en sólo dolor saltó de mis labios en el instante en el que le daban otro seco y duro puñetazo en la pálida mejilla de mi madre.

- ¡Corre Mía! ¡No mires trás y corre! - Escuché sus gritos. Gritos llenos de dolor, agonía.

Estaba muriendo.

El segundo hombre tomó un bate de beisbol, que se encontraba en el elástico se su pantalón. Propinándole con éste un fuerte golpe en el ojo esmeralda de mi madre.

Emitió otro grito.

Se desbaneció en el suelo. Sangrando.

Múltiples moratones se exparcían por sus extremidades inferiores. Su estómago tenía un hondo tajo.

Y sus ojos ya estaban cerrados. Quizás estaba teniendo sus últimos latidos.

No había muerto aún. Jadeaba ante la agonía y la lucha de caer en la oscuridad en contra de su voluntad.

- Vete Mía. - Susurró.

Apreté fuertemente mi mochila. Siendo consiente de que esas habían sido las dos últimas palabras de mi madre. Cerré los ojos por un segundo.
No mires atrás Mía. Corre.

Giré mi cuerpo. Y me heché a correr fuera de la casa.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 15, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La vida es arte, el arte es vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora