❧ Elisabeth Choe es una joven chica que
creció junto a dos diferentes culturas:
la cultura española y la cultura coreana, las
cuales amaba con todo su ser.
❧ A causa de eso, su gran sueño de la infancia
fue ser la primera Id...
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- ¡Noona! ¡Noona! - justo al mismo tiempo que mi despertador sonaba, escuché la voz de mi hermano con claridad en cuanto entro dentro de mi habitación.
Parecía que tanto la alarma de mi móvil como mi hermano habían decidido sincronizarse para despertarme juntos a la vez; no sabía cómo lo había hecho Seok para ser tan puntual y lo único que me imaginaba en estos momentos era que había estado en el pasillo, justo al lado de la puerta de mi habitación, esperando con paciencia a que mi despertador sonara.
Sentí como todo el aire de mis pulmones se escapaba de mi cuerpo en cuanto Seok se lanzó encima de mí, aplastándome con su cuerpo mientras se reía.
- ¡Aigo! ¡Me ahogo! ¡Me ahogo! - empecé a decir, obviamente fingiendo, mientras movía mi cuerpo como si intentará escapar. Poco después, deje caer mis brazos al lado de mi cabeza, con la lengua hacia afuera, sin moverme, simulando que me había "muerto".
Con los ojos cerrados, pude escuchar la risa de mi hermano ante mi "dramatismo" y poco a poco, se fue incorporando hasta que solo se quedó sentado a mi lado, por encima del kakebuton.
- A veces, eres muy dramática, noona - dijo Seok, con un tono de diversión en su voz.
- Llevo el ser "dramática" corriendo por mis venas - no dude en responder a la vez que abría mis ojos y le miraba con una sonrisa en mis labios - Y si yo llevo el drama en la sangre, tú también.
- No es cierto - respondió con rapidez, a lo cual alcé una ceja.
- ¿Quién es el que está en el club de teatro? - fue lo único que dije, con mi sonrisa volviéndose más grande. Sabía que no podía decirme nada, debido a que era cierto. Al ver que hizo un puchero con sus labios, causo que no pudiese evitar reír, a lo cual él se unió poco después.
Transcurrieron un par de minutos hasta que por fin terminamos de reír y con cuidado, me fui incorporando hasta quedar sentada en el futón, sin apartar en ningún momento mi mirada de Seok.
- Bueno, cuéntame, ¿por qué has venido con tanto entusiasmo a despertarme? - decidí preguntarle, notándose la curiosidad que sentía en el tono de mi voz - Dentro de poco tienes que salir para ir a la preparatoria.
- Quería venir a desearte suerte antes de irme - me respondió, con una leve sonrisa - Ojalá pudiese saltarme las clases y poder ir contigo a darte apoyo en la audición, noona.
- Pero ya sabes que yo no permitiría que te escapases de las clases, y más si es por mí - empecé a decir mientras le indicaba que se levantara, para así poder echar a un lado el moufu y levantarme - Con que me apoyes, es suficiente para mí.
