Única parte

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     El amor y la pasión están ahí siempre rondando, acariciando la idea de dejarnos querer y de darnos a esa cosa tan preciada y tan mágica, que es el amor, la pasión, el deseo. Dicen que la serendipia es un hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando estás buscando una cosa distinta.

     La luz de la luna iluminaba la calle, las desnudas y secas ramas de los árboles se movían al compás del helado viento. Las hojas crujían debajo de los pies de aquel chico, las lágrimas caían por sus mejillas y daban a parar al suelo. Su mano se dirigió hacia su pecho donde apretujo su delgada camisa. Los sollozos se volvieron más desgarradores a medida que avanzaba y recordaba lo que momentos anteriores había vivido.

***

     El viento danzo como si se tratase de una alegre fiesta haciendo que las viejas ramas del árbol seco se estrellaran en una ventana ocasionando un ruido ensordecedor. Debajo de las blancas sabanas un cuerpo se removió quejándose por aquel acto, las castañas hebras del chico se asomaban por la orilla de la sabana, soltó de nuevo otro quejido cuando su celular comenzó a sonar, removió su mano por toda la cama en busca del aparato. Al encontrarlo un nombre en la pantalla lo recibió y la sonrisa cuadrada que lo caracterizaba se formó en sus labios para después contestar la llamada.

—Buenos días gatito, ¿Cómo amaneciste hoy? Es muy temprano para llamadas ¿no lo crees? — hablo en un tono perezoso y cansino causando que la persona al otro lado de la línea soltara una risa pequeña.

—Lamento despertarte tan temprano Tete, es solo que quería saber si esta tarde podríamos salir, necesito decirte algo importante.

     El tono del mayor era serio, Taehyung suspiro al escucharlo, adoraba aquella voz que podía ser sensual si quería.

—Claro que si cariño, ¿es una cita? Jajaja ¿a qué hora nos vemos amor?

—mmm si claro... una cita... a las 6 en la cafetería de siempre.

—Perfecto, a esa hora te veo. Te amo —dicho aquello colgó la llamada y entusiasmado comenzó a rodar en su cama, podía sentir que un sinfín de mariposas revoloteaban en su estómago.

     La mañana había pasado tranquila, Tae se movía de un lado a otro haciendo limpieza pues tenía la idea de que no llegaría a dormir como solía hacer cuando salía con su novio, en ocasiones no regresaba a su casa ya que prefería quedarse a hacerle compañía al solitario chico que tenía como novio. Reviso por décima vez la hora en su reloj de muñeca, se encontraba impaciente por verlo y poder besarlo como le gustaba, tenían más de una semana que no se reunían a causa del trabajo de tiempo completo de Yoongi.

     El cielo se encontraba nublado, la brisa era tan fresca y juguetona que hacía que los castaños mechones de Tae se removieran, sus las mejillas y nariz se encontraban sonrojadas, y su cuerpo temblaba un poco por el frio. Las tardes de noviembre eran sus favoritas ya que tenía la oportunidad de ver la lluvia caer junto a su novio mientras ambos tomaban chocolate caliente. El viento soplo con fuerza haciendo que este se moviera un poco, se había quedado contemplando el cielo, soltó una pequeña risa para sacar su móvil y tomar una foto. Al hacerlo retomo camino hacia su cita.

     Faltaba poco para llegar, el sentimiento de que algo malo pasaría se hacía más intenso, preocupado llevo su mano a su pecho y detuvo su andar, cerró los ojos por un momento. Inhalo reteniendo el aire en los pulmones, exhalo y abrió los ojos para sonreír y seguir caminando, llego al lugar citado y su sonrisa se hizo más grande, sus ojos brillaban con intensidad y entro al lugar, la campanilla sonó avisando que había entrado alguien al lugar, saludo con una inclinación con la cabeza y busco con la mirada a su novio, al no encontrarlo se dirigió hacia una mesa vacía y se sentó a esperar. El tiempo pasaba y el mayor no aparecía, Tae se preocupó y decidió llamar al móvil de su pareja, al no haber respuesta de su contrario decidió esperar.

Serendipia (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora