Cuando Tobio se encontró con Kei tomado de la mano, platicando muy amenamente con un sujeto pecoso y más bajo que su amigo, no se imaginó que una sonrisa fuera a escapar de sus labios.
Cuando despertó ese día, en su casa, tuvo el presentimiento de que no iba a ser una buena jornada. Es esa sensación persistente que no te deja, un ruido que aturde por unos segundos y no te deja olvidarle. Hizo su desayuno, recibió una llamada de Sugawara esperando a que confirmara su cita de hoy en la noche, se vistió, tomó el metro y entró con pesadez al complejo.
Se encontró con Yuu en uno de los laboratorios, pero no le hizo mayor plática al Beta. Apenas estuvo un par de horas sentado frente a la computadora y la espalda le empezó a doler como si ya llevara el día entero ahí. No era normal que se sintiera así de cansado, en especial cuando había estado descansando tan bien estos días.
"Te ves con cara de que necesitas salir urgentemente de aquí". Dijo Nishinoya. Se acercó hasta él, ojeó su computadora y sonrió. "Senpai, deja eso. Yo creo que puedes dejarlo un rato y salir a comprar algo".
Deslumbrado por el buen gesto del chico, cerró su portátil y salió campante hacia la cafetería. No había visto a Suga desde ayer que pasó la tarde con él en su casa.
Ah... Últimamente no salía de la casa del Omega.
El día después de haber dormido junto a él, sintió que no podía verlo a la cara de toda la vergüenza que sentía. Había llegado como un maleante a su casa, con la ropa más informal que pudiera existir, y ni siquiera pudo respetar su espacio principal cuando él le ofreció dormir en una habitación para él solo.
"¿Puedo mejor dormir contigo?" Preguntó, mirándolo directo a los ojos y sin ninguna expresión en el rostro.
Es sorprendente que Suga le haya dicho que sí a todo. Era verdad, le gustaba. Le gustaba a Sugawara Koushi, el Omega más lindo e inteligente que haya conocido.
"Ahora sólo quiero pasar tiempo con él".
Le entregó el billete a la cajera y se apresuró a destapar la botella de café. No sabía que hubiera un tipo de café que pudiera gustarle, el sabor en sí del café no le agrada, pero Suga le dio un poco del que él bebía y ahora es su favorito. El sabor es repugnante, sin duda, pero con el chocolate ya no sabe tan mal y así puede recordar a Suga riéndose de él por hacer cara de asco al probarlo por primera vez.
Tentó el bolsillo de su pantalón y sintió el borde de su cajetilla de cigarros nueva. Entró al edificio principal por el lado este, el que está junto a los laboratorios de Nutrición, y subió las escaleras.
En el camino terminó con el café, pero no pudo encontrar un contenedor para botellas de vidrio. Tomó el pasillo para los congeladores, esperando encontrar algo, pero tuvo suerte hasta casi dar con el lado opuesto del edificio entero. Estaba cerca de la veranda en la que se encontró con Kei por primera vez. Nada cruzó su cabeza, sólo caminó directamente hacia allá y ya.
Los vio apenas se acercó a la puerta. A través del cristal claro pudo ver una de las chaquetas que le había visto a Kei cubriendo a alguien del aire tan frío que tenían ese día.
Se quedó ahí, unos segundos. Kei se veía tan diferente. Su gesto molesto ahora estaba siendo sustituido por una sonrisa suave y el entrecejo relajado.
El chico dijo algo y Kei rió animado. Cubrió su boca con sus manos y recargó sus codos en la piedra caliza.
Tobio no quiso observar más. Era un momento muy especial para ellos, al parecer. Desde donde estaba, podía olerles. El chico era un Omega y apenas y podía distinguir su aroma del de Kei, era muy débil.
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La Ira del Tirano | Haikyuu!! FF (KGHN | Omegaverse!)
RomanceHoy se sintió como complacerle más que otros días. Sentado a la orilla de la cama, frente a una ventana de la que no colgaba ninguna cortina, dio un toquecito a la punta de su nariz con la punta de su dedo índice. Se sintió feliz de repente porque s...