Olivia
Cuando el reloj marcó las una de la tarde, una enfermera cruzó la puerta y nos pidió que abandonaramos la habitación por unos minutos mientras ella chequeaba el avance de mi abuela. Cinco minutos más tarde, nos permite volver a entrar y mamá aprovechando la oportunidad, le pregunta cuándo le darán el alta para ir a casa, a lo que la enfermera responde que probablemente mañana por la mañana le den el alta y los remedios que deberá tomar por dos semanas más.
Nos pasamos todo el día acompañando a la abuela e incluso almorzamos juntos. Agradezco a la cafetería del hospital por tener colados para bebé, ya que no se me cruzo por la cabeza traerle algunos a mis pequeños de los que tenia. Con Lucas fuimos los encargados de comprar comida para los demás, ya que la única que tenía comida era la abuela Diana, compramos unos sándwiches de jamón y queso junto con unas gaseosas para todos. Extrañaba demasiado pasar tiempo en familia, con mi hermanito dando datos curiosos que ha leído por la red, o los abuelos contando las mismas historias por milésima vez, Emi siendo la hermana que nunca tuve, dejándome en vergüenza ante mi familia como siempre, la abuela comentando lo grande y crecidos que estamos todos. Se siento como si nada hubiese cambiado, todo se mantiene igual que siempre, sólo que ahora tenemos a dos pequeños torbellinos integrados a la familia.
Conversando sobre las veces que hemos venido al hospital, sale a colación el tema de mi embarazo, del cual no me guardo ningún detalle, comentándoles cada cosa que me ocurrió en lo que llegaban mis dos pequeñas criaturas, quienes me alegraron la vida, mi mejor error, mis pequeños Leah y Louis. Hablo cada antojo que tuve a lo largo del embarazo, cada vez que mandé a Dani a comprarme golosinas y chocolates, mi reacción cuando me enteré que eran mellizos y lo doloroso que fue el parto. Añado cada travesura que han realizado desde que aprendieron a moverse por su cuenta, los desastres de Lou, las maravillosas escondidas de Leah y las grandes similitudes que tiene cada uno con su padre. Ahora ambos pequeños están a cada lado de la camilla acurrucados en los brazos de mi abuela Diana, se quedan dormidos mientras mi abuela les canta una canción de cuna, que es la misma que les canto yo cuando quiero hacerlos dormir. Como ambos bebés están durmiendo, susurramos lo que decimos e intentamos hacer el menor ruido posible ya que Leah tiene el sueño ligero y se despierta con facilidad. Mamá propone hacerle una fiesta de bienvenida a la abue, y ella se emociona, el abuelo recomienda invitar a los señores Colón, lo que me pone en aprietos, no sólo porque probablemente me odian por causarle tanto daño a su nieto, sino que además que se supone que nadie sabe que estoy en la ciudad. Así que para evitar problemas, deciden hacerlo más personal y que estemos sólo nosotros.
Cuando dan las seis de la tarde, una enfermera nos avisa que la hora de visitas ha terminado y somos obligados a abandonar la habitación, por suerte mis pequeños ya han despertado y caminan de lado de Lucas y mamá. El abuelo nos invita a casa ya que planea hacer lasagna y la lasagna del abuelo es deliciosa, por lo que no nos resistimos y vamos a su casa a cenar. Obviamente, pasamos a algún supermercado y compramos comida para mis bebés, algunas frituras y una gaseosa.
Diez minutos después, mi amiga estaciona el carro en la entrada de la casa de mamá, bajamos a los niños y nos invitan a pasar. Ayudo al abuelo Fred a preparar la cena mientras Lucas y Emi se encargan de cuidar de mis pequeños y mamá habla por teléfono con una de sus amigas. Me encargo de preparar el relleno y el abuelo se encarga de la masa, obviamente es completamente hecha por él. Entre ambos rellenamos en un gran bowl y luego lo metemos al horno, de postre decidimos hacer unas galletas con chispas de chocolate, así que mientras esperamos a que esté lista la lasagna, avanzamos con la mezcla de galletas.
Con las galletas enfriándose y la lasagna recién salida del horno nos sentamos todos juntos a comer, no sin antes, calentar un poco de comida para bebés en el microondas. Mi pequeño Lou está fascinado con su tío y le pide que le ayude a comer, a lo que Lucas accede rápidamente. Mamá se encarga de ayudar a Leah a comer y por fin puedo comer tranquila sin tener que ayudarlos, sin malinterpretarse, pero es difícil ahora que soy mamá comer tranquilamente sin alguna interrupción o algún plato o vaso derramado.
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Dejaría todo... [Erick Brian Colón]
FanfictionEsta es la segunda parte de la novela, si eres nuevo por aquí te recomiendo que visites mi perfil y busques "Eres luz", que es la primera parte de esta historia. Aunque si lo deseas puedes saltarte la primera parte, no es tan relevante para esta seg...