겨울 & 여름

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2010

El día en el que Jeon Jungkook pisó por primera vez las instalaciones de BH entertainment hacía un frío imponente, ese fue uno de los días más fríos de ese invierno del 2010.

Refregaba sus manos en busca de calor mientras recorría con ojos curiosos los pasillos repletos de posters y tablones con anuncios, si bien el edificio no era para nada lujoso, se notaba el trabajo que invertía en darle un aspecto cálido, tanto para los trainees como para los foráneos.

BH entertainment emanaba familiaridad, una familiaridad embriagadora que reconfortó al pequeño Jungkook, que en ese entonces no superaba los doce años y el metro sesenta de altura.

A corta edad el joven originario de Busan había logrado entrar en una compañía para así lograr su sueño de convertirse en idol. Desde pequeño, el bebé de los Jeon había soñado con estar sobre un escenario, y mostrarle al mundo de lo que estaba hecho.

Jungkook era un prodigio del canto, del baile, y hasta del rap, era atlético, inteligente y un trabajador nato, el CEO de esa compañía no había dudado ni dos segundos en contratarlo, estaba seguro de que ese chico estaba destinado a grandes cosas.

Y todo el que lo veía podía asegurar lo mismo, tal como esa docena de pares de ojos que lo estaban observando en su trayecto hasta la recepción.

-H-Hola, me llamo Jeon Jungkook, soy un nuevo trainee- sólo había una cosa que Jungkook no podía hacer, y era entablar contacto visual con desconocidos... o bueno, formar una oración sin tartamudear.

-Oh ¡claro! te estábamos esperando- la risueña recepcionista le tendió un folleto informativo- ahí tienes anotado las clases, las salas de práctica y los horarios de entrada y salida de la residencia, tus cosas ya deben de estar en los dormitorios.

-Gracias.

Con su folleto en mano y su mochila con la ropa de entrenamiento en los hombros, emprendió viaje hacia la sala de práctica en la que conocería a los otros trainees.

Claro que la teoría es más fácil que la práctica, pues a pesar de tener un mapa detallado del pequeño edificio en su folleto, no pudo encontrar la sala.

-Te veo perdido, ¿necesitas ayuda chiquitín?- una voz que se oía mayor resonó en su espalda, y el joven se giró encontrándose con un chico alto, de tez morena y ojos profundamente oscuros y muy rasgados. La presencia del chico le intimidó, pues debía de sobrepasar el metro ochenta.

-Sí, me llamó Jeon Jungkook, hoy es mi primer día.

-¡Así que eres tú!- el porte del mayor cambió completamente y una gran sonrisa dejó ver pequeños hoyuelos en su mejilla-. Yo soy Kim Namjoon, de hecho el director me pidió que te mostrara el lugar, pero pensé que vendrías mañana.

-Eso era lo que tenía planeado, pero decidí empezar hoy mismo- a pesar de que el chico ya no le intimidaba, la timidez de Jungkook no le permitía hacer contacto visual con el mayor.

-Si que eres una monada, ven- Namjoon empezó a caminar frente a él- te presentaré a los otros.

Durante la próxima hora y media Jungkook conoció a más de veinte trainees, entre los que se encontraban aquellos en el top de habilidades, aquellos cuyo debut era un hecho. Pero no pasó por alto que aquél que se encontraba en la primera posición no se encontraba junto a sus compañeros.

-¿Qué hay del número uno?- un curioso Jeon preguntó.

-Le gusta entrenar sólo durante los descansos- el chico mayor a quien reconocía como Min Yoongi le respondió.

-Taehyung es un fanático de la práctica- agregó Park Jimin, con quién había congeniado rapidamente al enterarse de que también provenía de Busán.

Las semanas pasaron rápidamente y su primer día se convirtió en un recuerdo casi olvidado, pero no podía olvidar la intriga que le generaba el primero en el ranking, en las casi tres semanas que llevaba ahí nunca había visto a Kim Taehyung. El chico asistía todos los días, pero parecía un fantasma, pues nunca había cruzado camino con él.

Hasta que un día se equivocó de sala.

Frente a él, un castaño de metro ochenta y contextura delgada bailaba al ritmo de una canción de Super Junior. El mayor se movía como un pez dentro del agua, su baile era hipnótico, sus pasos eran ágiles y finos, sus expresiones te atraían de una forma inexplicable, las emociones que emanaba de cada movimiento marearon al menor. No tuvo dudas en que se encontraba frente al mismísimo Kim Taehyung, y que el primer puesto no le hacía justicia la perfección que de él brotaba.

Algo cálido se instaló en el corazón de Jungkook cuando sus miradas se conectaron a través del espejo de la sala. Su respiración se detuvo cuando el mayor le mostró una sonrisa cuadrada y movió su mano saludándolo. De pronto Jungkook se sintió ahogado, lleno con un sentimiento que no había sentido nunca.

Decidió denominarlo "admiración".

Lo que Jeon Jungkook sintió desde entonces por su mayor era total admiración, hacia su baile, su voz y su persona.

Ante los ojos del más joven, Taehyung era el ser más perfecto que alguna vez había visto.

Taehyung encontró adorable al pequeño y decidió ayudarlo en sus tareas, le compraba comida cuando este quisiera romper la dieta y le mostraba su música favorita.

Taehyung amaba ser el hyung de alguien, y Jungkook estaba encantado con la atención que recibía de su mayor.

Durante varios meses Jungkook fue malcriado por todos los trainees de la compañía, sobre todo por Taehyung y Namjoon. Terminó mudándose a un nuevo dormitorio junto con ambos Kim y otros trainees, y todo parecía perfecto en su vida.

Hasta que Kim Taehyung desapareció.

Jungkook solía esperarlo todos los días en las escaleras del edificio de apartamentos, con la bebida favorita del mayor, leche de fresa, y el papel con sus calificaciones tanto escolares como de entrenamiento, para que el mayor fuese testigo de lo mucho que había avanzado gracias a su ayuda.

Pero Tehyung nunca regresó. Nadie en la compañía entendía qué pasaba con él, pues era un hecho que iba a debutar, ya estaba pensado como centro de BH Boys, y contaba con una pequeña fanbase. Su éxito estaba asegurado.

Hasta que un día sus caminos se volvieron a cruzar, por un instante, unos segundos que bastaron para que el menor sintiera que su alma dejaría su cuerpo ahí mismo. Pero el mayor sólo lo cruzó, sin dirigirle una mirada, sin expresión alguna y con la cabeza gacha.

Jungkook se sintió dolido, pero siguió su camino hacia el despacho del director, de dónde había salido anteriormente su hyung favorito.

El pequeño encuentro lo dejó tan mareado que no le dejó lugar a su cabeza para cuestionar la razón de ser llamado al despacho del director. Ese mareo se fue abruptamente cuando escuchó las palabras del mayor.

-¡Felicitaciones Jungkook! estás en la alineación final de BH Boys.

Aunque debía sentirse feliz, la noticia le cayó como un balde de agua fría, pues el ascenso de uno significaba que alguien había dejado libre su lugar, y creía saber muy bien quién había desistido de su sueño.

Fueron tres estaciones las que tuvieron que pasar para que Jungkook se diera cuenta de algo.

Lo que sentía por Taehyung no era admiración. Nunca lo había sido. 

seasons .계절. taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora