Mónica.
He ido hoy a la tienda de Erick para conseguir la dirección de su amigo Ryan. Prometí ayudarlo con lo de mi sobrino y le voy a llevar un poco del cabello del niño para que le pueda hacer la prueba. Erick muy amablemente se ofreció a llevarme él mismo a su casa.
—No sabía que eras amiga de Ryan —dice mientras va conduciendo.
—No somos amigos, solo nos conocemos y quiero verlo para hablar de algo.
—Me estoy poniendo celoso —sonríe —No quiero que Ryan vaya a seducirte.
—No creo que a él le interese seducirme.
—No estés tan segura. Solo hay que estar ciego para no notarte y ver lo hermosa que eres. Yo por ejemplo, te noté desde el primer momento en que te ví.
Una sonrisa casi triste se dibuja en mis labios al recordar ese día en el que nos conocimos. Lucas me trató mal delante de sus amigos por haber derramado sin querer una bebida sobre él y mientras recogía los trozos de vidrios del vaso que se rompió, Erick me ayudó y se portó tan bien conmigo.
¿Qué fue lo que ví en Lucas para haberme enamorado de él? ¿Por qué no pude enamorarme de Erick? Él sí que es una buena persona.
—Mónica —toca mi mano y me doy cuenta de que se ha detenido frente a un portón grande de hierro —Quiero decirte algo antes de entrar. Te lo quería decir el día de tu cumpleaños, pero como no pudiste salir conmigo, entonces lo dejé para otro momento y me parece que ahora es ese momento.
—¿Qué ocurre Erick? —me preocupo un poco al verlo tan serio.
—Me gustas mucho, Mónica y eso tú ya lo sabes. No lo quiero seguir prolongando más, porque le estaría dejando el camino libre a otro y quiero pedirtelo, Mónica. ¿Te gustaría ser mi novia?
Lo que me pide me deja estupefacta. Nunca imaginé que me pediría eso, esto no la veía venir. Él se queda viéndome por unos segundos, esperando alguna respuesta y yo estoy sin habla.
—Mónica —llama mi atención. No sé que decir ni que hacer. Erick no se merece esto. No puedo rechazarlo, no a él.
—Sí, Erick —contesto por fin —Quiero ser tu novia —esas palabras se sienten amargas en mis labios.
Erick sonríe emocionado y me besa sin previo aviso. El beso es corto —Soy el hombre más feliz del mundo, gracias por esta oportunidad, Mónica. Te prometo que no te vas a arrepentir —me besa una vez más. Ahora el beso dura un poco más que antes.
—Erick —me aparto —Tengo que ver a tu amigo ahora.
—Sí, ya vamos —baja del auto y lo veo presionar un botón de la puerta, luego esta se abre sola. Él vuelve al auto y entramos.
Miro la casa un poco asombrada, es muy grande. Sabía que el chico era de una familia adinerada, pero si tienen una casa así deben ser más adinerados de lo que pensé.
La empleada nos deja pasar a la sala, nos ofrece algo de tomar y después de negarnos se marcha a buscar a Ryan.
Observo la sala con detenimiento, es muy bonita y bastante espaciosa.Mi vista cae sobre un cuadro de una foto familiar de cinco personas, pero al lado de esta hay una que llama más mi atención. Hay dos chicos sonrientes abrazados por los hombros con guantes y bate de béisbol. Esa sonrisa y ese cabello negro que sobresale del casco de su uniforme los conocería donde fuera. Es Lucas.
—Hey, Erick —un chico se nos acerca y choca el puño con Erick —Hola —me da una sonrisa y respondo a su saludo. Es un adolescente de unos 15 años, es un chico apuesto de ojos verdes, cabello castaño, es delgado y bastante alto.
—Hola, Dylan.
—Hace tiempo que no venías por aquí.
—Ya sabes, el trabajo me mantiene muy ocupado.
—¿Vienes con Alex?
—No, pero la próxima vez lo traeré conmigo.
—Mónica, no sabía que estabas aquí. Carmen me dijo que había una chica esperándome, pero no sabía que eras tú —viene hacia mí y me abraza tomándome por sorpresa —Erick —le extiende una mano y este la estrecha.
—¿Estabas con la abuela? —le pregunta el chico, que ahora me parece es su hermano.
—Sí —le revuelve el cabello y este hace un gesto de molestia con el rostro —Estaba preguntando por tí.
—Iré con ella. Adiós —se despide y se va.
—Te he traído algo —digo, metiendo la mano en mi bolso y saco la pequeña bolsa plástica. Dentro, hay un poco de cabello envuelto en unas servilletas —Espero que esto te sirva.
—Gracias.
—Bueno, ya debo irme.
—¿Tan pronto? Pero acabas de llegar, al menos quédate un rato más y—
—Solo pasé para dejarte esto. Disculpa, pero no tengo mucho tiempo.
—Entiendo, pero espero que en otro momento puedas aceptarme una invitación a comer y así te presento a mi familia. Seguro que les dará mucho gusto verte.
Pero su familia no me conoce.
Siento el agarre de Erick en mi brazo y recuerdo que no me ha soltado desde que entramos aquí —Ryan, Mónica y yo estamos saliendo. Es mi novia y no creo que se vería muy bien que esté saliendo con otro chico.
Ryan se sorprende y yo por igual. No esperaba que dijera eso. Ni siquiera llevamos un día de novios para que lo diga.
—Ah, no lo sabía. Discúlpame Erick, aunque mi invitación es amistosa, no va más allá de eso y menos ahora que sé que es tu novia —me mira algo dudoso como si supiera algo que yo no —Pero si te molesta, entonces lo dejo.
—Solo quería decírtelo, Ryan. No hay problemas contigo. Sé quien eres.
—Felicidades a los dos.
—Gracias, amigo. Nos vemos luego —se estrechan las manos otra vez y solo le digo un adiós y me voy.
No sé si estoy haciendo lo correcto, pero tengo que darme la oportunidad de estar con alguien que sí me quiera y voy a hacer todo lo posible porque ese sentimiento también sea correspondido.
Sé que podré llegar a querer a Erick como él se lo merece.
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Preguntas:
—¿Mónica ha hecho lo correcto al aceptar ser la novia de Erick?
—¿Cúal creen que va a ser la reacción de Lucas al enterarse de este noviazgo?
—¿Desean que sea Ryan el padre de Chris?
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Tú, eres mi perdición. #prettyawards1e #UniversalAwards2021#
Teen FictionMónica es la sirvienta en la casa de la familia Colton, donde solo vivía el señor Jack, el dueño de la casa, luego de un año; Lucas, el hijo de Jack decide regresar de su viaje por Inglaterra. Lucas ha estado siempre acostumbrado a no hacer nada y a...