Dejó escapar un suspiro fijando su mirada en los alrededores del aeropuerto, sintió el miedo porque ya no sabía que hacer allí, su madre le había dicho que siempre le preguntara a los guardias y personas del mismo establecimiento pero a ese punto ya estaba asustado, apenas logró pedirle un maní a una muy amable azafata y ahora ya no deseaba hacer nada más, algo tenía que hacer... Iba a entrar en pánico si no hacía algo en ese momento, observó a un guardia quien se paseaba en lentitud por la puerta de salida, sus manos sudaron y con paso lento consiguió ir hacia su dirección, pensaba en lo ridículo que se sintió y que de pronto todo el francés que estudió se había borrado completamente de su memoria, cuando ya estuvo en frente de él este le interrogó con la mirada.
— E-eh... —
— ¿Te puedo ayudar? — En efecto se había equivocado, le había entendido a la perfección cosa que le dejó mucho más tranquilo.
— Si... ¿Qué autobús debería tomar para a esta dirección? — Acercó su teléfono hacia el hombre y este asintió leyendo la pantalla del aparto, fue un poco difícil ya que el joven de cabellos claro temblaba como gelatina.
— Sales de aquí y caminas en esta dirección — Le apuntó hacia la calle donde un poco más adelante había una parada.— Normalmente a las ...— Observó su reloj y volvió a mirar hacia la calle.— Diez con treinta pasa el autobús que necesitas, es el 203 ese te deja un poco más al centro pero no será difícil llegar a tu destino —
— Oh, oh, merci beaucoup — Agradeció dando una leve reverencia y tomó su equipaje pero fue detenido por el mismo guardia.
— ¿Eres turista? —
— Ah... Vengo a estudiar aquí — Acomodó la correa en su hombro y dio unos pasos hacia atrás con la intención de irse, no quería seguir hablando, había sido suficiente.
— Eres de los del vuelo de las ocho ¿No es así? ¿Japón? — Él muchacho asintió en respuesta aún dando más pasos hacia atrás. — Pues mucha suerte, te deseo lo mejor —
Dicho eso Aesop aliviado caminó en dirección a la parada de autobuses, se llevó una mano al pecho agradeciendo que ya le había tocado hablar con dos personas muy amables pero no iba a bajar la guardia, temía que alguien le dijese algo, lo que sea... Había tenido tantos problemas por la carrera que escogió y por aquella timidez constante que tenía, también pareciera ser que a nadie de su familia le parecía la carrera adecuada, excepto a su madre quien había sido la única en ayudar en todo lo necesario para que lograra estudiar lo que el quería.
— Tal vez el embalsamamiento si es aterrador — Murmuró para si mismo recordando las palabras de su abuela quien le decía que mejor era abogado.
Una brisa muy fuerte se hizo presente haciéndole estremecer y esconder la mitad de su rostro en el cuello se su suéter blanco, tenía la suerte de estar solo así podría mantenerse relajado sin que nadie le dirigiera la palabra pero por otra parte... Estar solo le provocaba el pensar mucho las cosas y le daba miedo el futuro ¿Qué tal si fracasaba? No soportaría esa decepción ¿Podría? ¿No? ¿Si? ¿Qué? Se estaba comenzando a espantar y ahora sentía miedo, fracasaría y debería que volver a casa, no quería volver a casa... No rendido como un perdedor. Pasó un rato hasta que finalmente llegó el autobús, pagó el pasaje y se subió hasta llegar a lo más profundo del vehículo, decidió oír música para despejar la cabeza, sus clases comenzarían mañana y necesitan estar lo más enfocado posible en eso y nada debería distraerlo.
Llegó a su destino y se bajó teniendo cuidado de no golpear tanto las maletas, siguió las indicaciones que el guardia le había dado y finalmente había llegado a su destino, otra vez sintió miedo y no quiso entrar, eran aquellos departamentos donde tenía que convivir con alguna persona desconocida y esa se convertiría en su roomie hasta los años que viviera en el país o hasta que se cambiase de casa, la gente a sus al rededores caminaban muy tranquilos y otros no tanto, tragó saliva mirando fijamente hacia los ventanales, se veía de pie con los bolsos en sus brazos y manos, se le veía sumamente agotado y lo estaba pero solo se quedó de pie allí, no le duró mucho aquello ya que la gente que caminaba comenzó a observarle y esas acciones provocaron pánico en el muchacho quien ni corto ni perezoso tomó sus cosas y decidió finalmente entrar hacia la recepción.
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Colocataire |Nortsop|
FanfictionEs aterrador conocer gente nueva en un país desconocido, en especial para una persona con ansiedad social como Aesop pero todo sea por lograr estudiar aquella carrera que tanto desea, el miedo constante de no saber que decir o hacer es algo que lo a...