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Título: El Parque
Personaje: Peter Parker
Advertencia: No
Peter y yo íbamos caminando por el parque. No hacíamos nada en específico, solo hablábamos. El lugar era hermoso, estaba lleno de vida, había mariposas por todos lados, los árboles eran verdes y grandes lo que hacían que pareciera un bosque. Nadie iba aquí. Ni idea del porqué. Pero así era mejor.
Conocía este lugar desde años, me gustaba jugar aquí de pequeña y desde hace algunos meses se lo enseñe a Peter.
Él me gusta. Esa es la única razón por la que decidí enseñarle la existencia de este parque.
—Sabes...—Comencé. —No, olvídalo, es ridículo.
—No puedes comenzar a decir algo y no terminarlo, me dejas con la intriga, además no creo que sea ridículo. —Dijo Peter mientras ambos seguíamos caminando.
—No puedes decir que no es ridículo si no sabes de lo que estoy hablando.
—Nada de lo que dices es ridículo, anda dime, no le diré a nadie. —Insistió el chico.
—Quisiera...no lo sé, que algún día que alguien se me declarara aquí. Digo, es un lugar muy bonito y... romántico.
—Eso no es ridículo, es adorable. —En ese momento sentí que a mi cara le llegó algo de calor, pero parece que la de Peter se estaba friendo. No seguimos con el tema.
Caminamos un rato más y hablamos de cosas sin importancia, bromeamos y jugamos, después él se tuvo que ir a patrullar y yo me tuve que ir a mi casa. Así es, sabía que era Spiderman. ¿Cómo me entere? Pues digamos que alguien lo encontró en un callejón semidesnudo con el traje en las manos.
By Peter
— ¡Ned ya sé que hacer!
— ¡Por fin! Ya comenzaba a pensar que me volvería loco de tanto escucharte hablar de cómo nunca tendrías oportunidad con _____. ¿Qué piensas hacer?
[...]
By _____
La escuela no es para nada un lugar mágico, más bien era un lugar llenó de hormonas. Nadie realmente quería estar ahí... bueno talvez Peter... nah preferiría proteger a la ciudad.
En cuanto llegué a mi casillero y lo abrí Peter se posiciono a un lado mío.
—Ho-hola. —Saludó notoriamente nervioso.
—Hola, ¿Pasa algo? —Voltee a verlo y tenía un ligero color carmesí en las mejillas.
—Y-yo qu-quería saber si... quisieras... y-ya sabes... ¡No puedo! —Negó y se fue rápidamente dejándome completamente confundida.
— ¿Ok? —Dije lentamente mientras giraba en mis talones para poder regresar mi vista al casillero a la misma velocidad.
Pero no tarde tanto en ver al chico esta vez acompañado de Ned quien parecía que lo arrastraba hacia mí. Iba a saludar al moreno pero parecía como si estuviera regañando a Peter. Cuando se acercaron más pude percibir algunos de sus murmuros. Tengo buen oído.
—No puedo, no puedo, no puedo, Ned déjame. —Se escuchaba por parte del arácnido.
—Gordo, se lo dices tú o se lo digo yo. —Amenazó Ned. ¿Qué quieren decirme? El de rasgos asiáticos aventó al otro chico hacia mi dirección, por suerte no cayó encima mío.
— ¿Qué...?
— ¿Quieressalirconmigo? —Cuando estaba nervioso hablaba rápido, al ya estar acostumbrada pude entenderle.
— ¿Cómo... cómo una cita? —Ahora el nerviosismo me estaba invadiendo a mí.
—S-sí.
—Sí, digo claro, me gustaría tener una ci-cita contigo.
— ¿En-enserio?
—Sí, ¿A dónde iremos? —Pregunté.
—Es una sorpresa.
—Odio las sorpresas. —Añadí honestamente.
—Lo sé, pero esta te gustara, pasó por ti a las ocho. —Dicho esto salió corriendo, Ned lo siguió pero caminando y yo me quede sola.
¡Voy a tener una cita con Peter Parker! Ay no... ¡Voy a tener una cita con Peter Parker! ¡No sé qué ponerme! ¡¿Y si vomito por los nervios?! Diablos.
[...]
Peter había ido por mí a la hora acordada y me vendó los ojos a medio camino, casi me caigo un par de veces pero sigo viva.
Cuando llegamos comenzó a sonar música tranquila y me destapó los ojos lentamente y lo primero que vi fue una manta sobre el césped con una canasta encima.
Estábamos en el parque.
—Voy a hablar antes de deduzcas las cosas y no tenga el mismo efecto lo que te voy decir. —Se rascó la nuca nervioso. —Me gustas, ok esa fue una forma muy repentina de decirlo, ignora eso amm, quiero decir, me gustaste desde un primer momento, ay no eso suena a que te acoso, más bien quiero decir que eres una chica fantástica, y... me gustaría que fueras mi no-novia. —Habló rápidamente.
Dios, el chico que me gusta me está diciendo que le gusto. ¿Estoy soñando? O quizás me drogaron o algo por el estilo teniendo en cuanta mi suerte con estas cosas.
—Y-yo, claro que quiero ser tu novia Pete. —Me abalancé hacia él y lo besé. Él me correspondió al instante. Nuestros labios se movieron en sincronía. No voy a mentir, al beso fue algo torpe pero para mí fue perfecto.
La cena consistió en hablar, reír, y hubo uno que otro beso por ahí.
