Un día después de mi suicidio

LA MORGUE

Tantos sueños

Tantos sueños que teníamos, destruidos por  las ganas de morir.
Las metas que teníamos, los amaneceres en la playa y nuestro cuerpo aquí, aquí porque es lo único que es tangible.

Tantas alegrías con las que amaba, las penas que aliviaba con música, las canciones que se volvían platillos y los libros vivencias.

¿DÓNDE QUEDARON LOS SUEÑOS? En algún lugar de la vida que tuve, vi al médico rezar por mi alma y dijo:

-Tanto futuro tienen estos Joves y sus padres sin ver qué la necesitan, Dios ten piedad de su alma.

Siempre tuve miedo de Dios, que me castigará por esto que hice, pero ¿Dios es amor? Es una respuesta que no se, pero esperaré a que el tiempo lo decida.

De momento a otro me acordé de Layka mi perra labrador, la perrita más encantadora que haya visto, corría al verme llegar, y si no era yo, seguía esperando en la puerta.

Entonces analice y me reproche diciendo en voz alta, sabiendo que nadie me escucharía:

-Tanto sueños, tirados a la basura
-Tantos amores
-Tanta gente que conocer
-Tenias gente que te amaba y lo dejaste todo
-Tuviste tanto coraje para quitarte la vida, lo hubieses utilizado para luchar

Entonces sólo, fue un momento de pensar:

¿Porque no tener coraje para vivir?

Me rendí tan fácil, fue tan sencillo hacerlo. Veo los demás cuerpos, de ancianos, mujeres, hombres, todos ellos lucharon y yo estoy aquí en medio de todo, existiendo sin existir.

Dan un diagnóstico de mi muerte:

Suicidio por rompimiento de cuello
Tiempo de muerte 24 horas
Edad: 18 años
Estatura: 1.65
Pelo: Castaño claro
Ojos: Café oscuro
Nombre: Cinthia Stella Cariño Contreras

Estaba ahí un cuerpo, una simple carcasa, en lo que podría decir sin vida, lleno de soledad y un médico amante de lo que hace.

Estoy aquí en este cuarto de seguro con olor a muerte, muchos de ellos irán a la fosa común e escuchado decir al médico y al guardia ¿Quienes serán? Yo solo se que no viví lo suficiente y quiero vivir.

El momento llega cuando sos hombres de la funeraria entran a llevarse mi cuerpo junto a mi padre y por primera vez en años vi en sus ojos algo que buscaba con anhelo: AMOR.

Sentí que le importe y por primera vez toque su corazón, su alma y sentí la tristeza de la misma, el médico dijo lo siguiente:

-Era una chica hermosa, su vida ha acabado , de ustedes depende como vivir de ahora en adelante. Con tristeza en su recuerdo o con amor en el mismo, ayuden a qué esto no se repita.- Gracias doctor, por dar aliento a mi padre.

-Gracias Doctor, si que era hermosa y lo sigue siendo, tiene razón, lo que más lamento es no haberme dado cuenta antes de su estado.

Entonces aprendí algo de un padre: Amar incondicionalmente.

Me fui de aquel lugar lujubre y me fui a casa donde sería velada, cremada, una parte esparcida al mar y la otra descansaría en la tumba de mi abuela.

Adiós querida morgue
Adiós
Adiós
Adiós