Parte 1

34 3 1
                                    

Era de noche. Podía sentir la ligera brisa tocando mi rostro. Estaba sola, en el bosque. No existe nada más lindo que escuchar las hojas cayéndose de los árboles, la inmensa luz de la luna. Me encanta estar sola. Siempre que necesito mi espacio vengo aquí. Sé que es un lugar muy tranquilo pero lo que no sabía es que esta noche iba a ser diferente. Que las cosas se iban a alterar un poco. 

Escuchaba ruidos, como las hojas secas crujían, pasos... estaba asustada. No sabía que esperarme.  Siento que algo se aproxima, mis músculos estaban tensos del pánico que tenía. Decido darme la vuelta. y en un pestañeo de ojos, algo cae encima de mi. Era pesado, parecía un cuerpo. Me levanto rápidamente pero esa persona seguía ahí. No reaccionaba, solo gritaba de dolor. No había forma de saber quien era. Estaba completamente oscuro y la única luz era la de la luna. Y para mi poca suerte, el cielo comenzaba a nublarse. 

Era pálido. Sus ojos azules y profundos, como el océano. Su cabello era castaño, tal vez negro, no lo sé, no podía ver con claridad. Su mandíbula perfectamente marcada y notoria. Hombros anchos. Tenía una camisa azul a cuadros desprendida que dejaba ver su abdomen plano. Unos pantalones y unas vans de color negro. Podríamos decir que tiene el físico de un nadador.  Dios mío, es muy atractivo y quisiera decir que me gustaba lo que veía pero no era así. Su camisa estaba ensangrentada, al igual que sus manos. Su pantalón estaba rasgado en la parte de su rodilla derecha, creo que fue cuando se cayó. Unos leves cortes en su torso. Su labio inferior no paraba de sangrar. Me llamaba la atención que hubiera tanta sangre si no había una lastimadura profunda, y si la había yo no la había notado. De repente abre los ojos, su respiración era agitada. Se levanta del suelo y se esconde en uno de los árboles, parecía como si quisiera que la luna no iluminara su cara. Pero sus ojos resaltaban en lo oscuro del bosque, podía ver como me estaba escaneando. Él solo se quedó quieto, pero hacía expresiones, como si intentara recordar algo...

La expresión de su rostro cambia repentinamente, se notaba que se había sorprendido y al segundo el solo huyó. 

-¡Espera!

Pero no se detuvo. Me quedé contemplando como su forma desaparecía en la absoluta oscuridad. Había algo familiar en ese chico. Creo que ya lo había visto antes. Pero no recuerdo cómo, ni cuándo, ni dónde.

Estaba alterada, no entendía que fue lo que había pasado. Mi mente no lograba procesar todo. Sin dudas estoy muerta de la intriga. Necesito saber quien era.

Al otro día volví al bosque, pero esta vez a la tarde, tenía las esperanzas de que él volviera. Fue una idea estúpida porque nunca regresó. Sólo fui a perder mi tiempo. Me pregunto si debería haber llamado a la policía... pero por alguna extraña razón no quería hacerlo. Iban a informar de él en las noticias y eso haría que se esconda y yo lo quería encontrar. Sé que tranquilamente me puedo estar metiendo en algo completamente peligroso, pero no digamos que vivo en un pueblo muy interesante. 

Por suerte el fin de semana terminó, volvía a clases. Me llamo Lila Jolley. Vivo en el condado de Clayton y asisto a la escuela Browhell. Esperaba con ansias el regreso de clases. Extrañaba mucho a mis amigas. Como todos los años, el pasillo está inundado de gente y de todo tipo, los nerds, los populares, los atletas, entre otros. Cómo somos muchos estudiantes, nos separan en diferentes cursos, debe haber ocho cursos por año. Si, somos muchos. Y a veces era difícil acordarse de la cara de todos. Una vez una chica venía de la clase de filosofía y me saluda, yo no tenía ni la más pálida idea de quién era. Luego me enteré que era mi compañera del proyecto de ciencias. 

Me dirijo hacia mi casillero para recoger alguno de mis libros, miro la entrada de la escuela y me quedo boca abierta, tan así que una mosca podía meterse en ella. Es que no me lo creía. Pestañé varias veces pero aún así, seguía viendo lo mismo. Era el chico de la otra vez, el chico del bosque. Y seguía igual de intrigante que aquel día. Alguien más diría que es un chico común y corriente, pero yo sabía que no era así. Atrás de esa sonrisa, se esconden secretos.

PerverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora