Al volver ambas al salón me encuentro con Thelma y Chandler bailando. Se ven tan felices, aunque nunca he tenido la oportunidad de conocer a Chandler como lo hice alguna vez con el esposo de Mirari.
La familia de Vincent, solo es conformada por su madre, no tiene otros hermanos y su padre murio cuando el era un niño. La reina madre se presentó ante mi como Juliette, y después de eso no volví a hablar con ella. Regresó a España después de nuestra boda.
Me pregunto si Vincent la trata tan mal como a mi y es por eso que no quiso quedarse ni un día después de la ceremonia.
Una mano se posa sobre mi hombro y me doy la vuelta al igual que Mirari.
Es Amanda.
-Gracias por hacer uno de mis sueños posibles, mi reina.
-¿La boda?
Asiente- Y por recibirnos a mi familia y a mi en el castillo- me sonríe- En un momento más nos iremos, pero quería agradecerte antes.
-¿Irse?- enarco mis cejas.
-Keith no quiere que siga aquí.
-Amanda, si es por Vincent te prometo que voy a protegerte de él.
-Debes protegerte a ti, no puedes hacer las dos cosas a la vez- dice en voz tan baja que a penas logro escucharla.
Tiene razón. No puedo protegerme a mi misma de mi esposo, mucho menos podré estar todo el día tras de Amanda para asegurarme de que Vincent no se atreva a tocarla.
-¿Donde van a quedarse mientras tanto?- pregunta Mirari.
-Conseguimos una...
-¿Donde esta Keith?- pregunto interrumpiéndola.
Amanda parece sorprendida de que no la haya dejado terminar. Abre mucho sus ojos y toma aire para luego simplemente señalar la puerta que da hacia afuera del salón.
-Fue a tomar aire.
Aprieto mis labios y asiento con mi cabeza. Dejo a Amanda y a Mirari solas hablando, todo el mundo parece ocupado en sus propios asuntos, llenandose las bocas con estofado de cordero, bebiendo vino hasta no poder más, y bailando para celebrar.
Me siento feliz por ellos, pero no del todo. No llego a sentir la emoción de todos porque no me siento del todo bien conmigo misma.
No me siento viva, controlan todo lo que hago y ellos parecen ciegos de lo que el Vaticano nos está haciendo. ¿No deberíamos amar por sobre todas las cosas?
Pocas cosas y personas me hacen sentir verdaderamente yo. ¿Y ahora Keith va a abandonarme?
Salgo del salón a paso rápido y comienzo a buscarlo por los pasillos cercanos.
No hay nadie por aquí, todos estan muy ocupados cenando en el gran salón. Entre más me alejo de este el sonido de la musica se hace más difícil de percibir, hasta que al fin no hay ruido y por las ventanas se nota que ya ha comenzado el atardecer.
El aire frío no es tan malo como esta mañana, pero la brisa fresca hace que mi cabello se vaya hacia atrás y me da un escalofrío al sentirlo en mi cuello.
Al doblar el pasillo diviso a Keith mirando la puesta de sol por la ventana.
Comienzo a correr en su dirección y el sonido de mis zapatos capta su atención. Al verme frunce el ceño confundido pero no digo nada, tampoco me detengo.
Doy un pequeño salto cuando estoy frente a él y lo envuelvo en un abrazo. Keith rodea mi espalda con ambos brazos y me mantiene en el aire respondiendo mi abrazo.
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Perfecta creación
Ficción histórica¿Eres fiel a tus ideales o a tu rey? ¿Qué soportarías para proteger a los que amas o incluso a ti misma? ¿Hasta donde llegarás antes de romperte en mil pedazos? Sara, una mujer que vive en 1912 se encuentra encerrada en un manicomio relatando su vi...