Wei ying era un niño cuando armó un desastre en medio de una pequeña ciudad. Cadáveres salieron por doquier ante el grito de aquel niño haciendo huir rápidamente a aquellos perros que lo aterraban. El pánico cundió en otras ciudades, la historia se esparció, varios pensaron emprender el camino en búsqueda de tan terrible arma aún desconociendo que o quién fuese.
No obstante cuando alguien finalmente arribó fue una amable mano el que le brindó apoyo, quien solo veía en aquel pequeño al hijo de sus personas favoritas. No obstante, no todos en el hogar al que arribó. Mándame Yu no estaba dispuesta a aceptar al hijo de la mujer que no le permitía ser amada sin nada a cambio.
Bajo su mano dura Wei Ying fue criando para convertirse en el arma de Yummeng, aislado del mundo y sin conocer todos aquellos ojos que querían posar sus manos en él.
Cuando aquella marca en su cadera que lo indicaba como futuro omega apareció, Madam Yu supo que no había forma que dejara salir al joven, era demasiado peligroso, tan fácil de ser "hurtado" de esta forma. A pesar de no contradecir comúnmente a su esposa, Jiang Fengmian sabía que el joven era una persona sin importar lo poderoso que pudiera llegar a ser.
Sin menoscabo decidió que iría una semana a Gusu a convivir con otros jóvenes de su edad, tras ello podría regresar pasando casi desapercibido por su esposa.
Cuando salió de Yummeng sentía que había conocido un mundo nuevo, realmente estaba de agradecido de esa oportunidad, y a pesar de haber prometido no causar problemas sabía que su curiosidad podría ser difícil. Jiang Cheng fue el encargado de protegerlo que aceptó sin mucha opción, al fin al cabo era su hermano, ¿que más podía hacer de todas formas?
Tras partir Jiang Fengmian solo podía desear que su hijo adoptado fuera feliz, y si encontraba a alguien bueno en su camino... ¿que más podría desear?