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Nov. Omnisciente

Cierto mexicano corría hacia el edificio donde estaban 193 países esperándolo para iniciar la junta semanal.
Llegaría tarde gracias a que su despertador no hizo su función, despertarlo. Cuando al fin llegó al edificio busco la sala de juntas, antes de entrar limpio rápidamente su sudor y acomodó su taje.

──Permiso── dijo entrando al salón, buscando con la mirada su asiento.

──Llegas tarde, México── dijo ONU en tono serio.

──Si, perdón. No volverá a suceder── dijo sentándose entre Panamá y Venezuela.

──Bueno, ya que todos estamos presentes comencemos. El tema de hoy es "Riesgos naturales y vulnerabilidad de la población" ── tal y como dijo el celeste así empezaron con la junta.

México ponía atención, o eso parecía. En realidad cuando nadie lo veía miraba discretamente a cierto estadounidense. Le encantaba mirar a su vecino del norte, aquel rubio de ojos azules, aquel que con una sonrisa ilumina su mundo entero.

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──Y con esto la junta terminó, son libres de irse── dijo sonriendo ──Feliz semana a todos──

──Gracias, igualmente── dijeron los países al unísono, aunque en distintos idiomas.

El mexicano iba hacia la salida cuando se topó con el estadounidense. El americano era acompañado por Uk, cuando el mayor noto la presencia de su vecino instantáneamente le dedicó una sonrisa al latino, este se sonrojó pero devolvió la sonrisa tontamente.
El menor suspiró, giró su cuerpo yendo a los baños dentro del edificio. Si bien, todo su ser quería ir donde el rubio e invitar le un café pero tenía miedo, miedo a ser rechazado por aquel que lo hace sonreír.

Entrando a los baños fue a mojarse la cara cuando una idea brotó en su mente. Lo enamoraría poco a poco con cartas, regalos, interés, comida, apoyo y amor incondicional. Fue directo a su casa para preparar todo.

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Lo primero que haría sería pedir refuerzos. Tomo su celular y le mando mensaje a Canadá.

"Ven a mi casa en 10 minutos, plis"

──Bien, a esperar── se sentó en uno de los sillones de su sala, esperando pacientemente.

Estaba buscando ideas para regalos cuando tocaron su puerta.

──Voy── gritó y fue a abrir

──Hola── saludo Canadá ──Para que me necesitas?── pregunto

──Pasa, 'horita te digo── el más alto paso, Mex cerró la puerta y le dijo al más alto que tomara asiento.

Cuando ya estaban cómodos en la sala, el mexicano le contó de su plan.

──Entonces, ¿me vas a ayudar?── preguntó esperanzado

──Eres mi mejor amigo, claro que te ayudo a conquistar a mi hermano!── dijo alegremente el norteamericano

──Gracias, eres el mejor── dijo abrazando a ambos ──Mi primer movimiento será enviarle una nota y un regalo──

『Cuando te vi』【UsaMex】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora