Donghyuck ha terminado todos sus exámenes y está a un par de días de terminar su año escolar, eso provoca que se encuentre profundamente aburrido y su mente sólo piense en la soledad que lo abraza desde aquel día en que Taeyong, su ahora ex novio, decidió que lo mejor era "darse un tiempo". Aunque sabía que en la mayoría de los casos eso significa que jamás volverían, no podía evitar guardar un poco de esperanza viva, lo seguía amando y se negaba rotundamente a la idea de no tenerlo a su lado.
Vagando por sus pensamientos, recordó su historia. Desde el día en que se conocieron, hacía un año atrás, o su primera cita em un bonito café de paredes amarillas... o su primera vez. Entonces no pudo parar. Comenzó a recordar una por una, todas las veces que habían tenido sexo, los distintos lugar que habían sido testigos de aquellos actos morbosos, las diferentes posiciones que su cuerpo llegó a adoptar... los sonidos... su tacto.
Un escalofrío recorrió su espalda al pensar específicamente aquella vez tan particular, en la que las ganas sobrepasaron su prudencia y terminaron haciéndolo en un cuarto alejado de una biblioteca, en el que suponían estudiar. Recuerda a la perfección cómo su cuerpo estaba totalmente acorralado entre la pared y el cuero del mayor, su pierna flexionada por el mismo para tener un mejor alcance, la manera tan sensual en la que, con voz grave, Taeyong le susurraba al oído que no podía hacer ningún ruido si no querían ser descubiertos, diciéndole palabras sucias al oído, como que era una zorra necesitada que no podía esperar por llegar a casa, que sólo lograban complicarle la tarea de ser silencioso. Ese día, con lagrimas en los ojos y la gran y venosa mano de su novio sobre su boca para apaciguar sus jadeos, la adrenalina del momento y las enormes ganas que tenía, lograron darle uno de los mejores orgasmos que podía recordar. Probablemente si tuviera que ordenarlos, estaría entre los tres primeros, quizás hasta en el puesto más alto.
Abrió los ojos de golpe y vió al techo blanco de su habitación, tenía la respiración agitada y una gran erección en sus pantalones. Gimoteó frustrado, lo extrañaba tanto en todos los sentidos. Había pasado al menos un mes y medio y él sentía que no podía estar más tiempo lejos. Alcanzó su teléfono que se encontraba en su mesita de noche, encendió la pantalla sólo para confirmar que no tenía ninguna notificación interesante.
Patético. Debía dejar de revisar si el volumen de su teléfono estaba bien o si las notificaciones de su teléfono estaban funcionando de manera correcta.
Suspiró frustrado, ahora se veía en la obligación de bajar la erección que el estúpido de su ex novio había logrado por hacerle extrañarlo tanto. Como si fuera algo que no quisiera hacer, baja bruscamente su pantalón deportivo y su ropa interior en el proceso, su pene bota hacia arriba en dirección a su estómago, la vena se marca y el movimiento de aire frío natural por la época de invierno le hace cosquillas, volviendo a retorcerse gracias a un escalofrío.
Cierra los ojos y echa a andar su imaginación. Recuerda la forma en que Taeyong lo masturbaba e intenta igualarla, él de verdad conocía lo que le gustaba. Saca un lubricante del cajón del buró, mojando sus manos. Toma su pene entre tres de sus dedos y el pulgar, masajeando lento y suave, imaginando que son los delgados dedos de Taeyong. Su respiración se corta por un par de segundos y regresa de golpe tras un jadeo. Continuando con los movimientos rotatorios de arriba hacia abajo, con su mano contraria lleva su índice y anular hasta su entrada para masajear circularmente esa zona, prologa un gimoteo gustoso. Cuando siente que se ha acariciado lo suficientemente, ingresa uno de sus dedos lubricados, para después agregar el otro, preparandose a sí mismo para algo más grande.
Deja de lado su pene concentrándose únicamente en sus dedos entrando y saliendo, además de abrirlos sutilmente para estirarse, tenía mucho, relativamente, sin tener sexo.
Ansioso, se levanta de su cama luego de retirar sus dedos y casi corre, dejando su prenda inferior tirada por el piso, hasta su closet, sacando de la parte más alta de un estante una caja color blanco con el interior de terciopelo que guardaba su más preciado tesoro: un vibrador morado que le había regalado su mejor amigo en su cumpleaños, con motivo de ser "una broma pesada".
Vuelve a su cama y baña en una buena cantidad de lubricante el juguete. Ingresándolo en su interior cuidadosamente, jadea pausado acostumbrándose, y al sentirlo completamente en su interior le es imposible no lloriquear el nombre de su ex novio.
Inicia las vibraciones a un nivel bajo, subiéndolo al medio pasados un par de minutos. Se expande a lo largo y ancho de su cama tamaño matrimonial, con las piernas abiertas y los brazos extendidos, boca arriba y los ojos cerrados. Siente el juguete trabajar y dejar salir suaves gimoteos de vez en cuando.
Siente que no es suficientemente y sin pensarlo lo intensifica al máximo, gime en voz alta por el cambio brusco y lo hace aún más fuerte cuando el vibrador roza su punto P. Flexiona las rodillas y levanta un poco el trasero, con la zurda guía un poco el juguete hacia arriba, mordiéndose los labios lleva su mano derecha de nuevo hasta su miembro, continuando con los movimientos previos.
Su mente crea una película pornográfica donde Taeyong y él son los protagonistas. Sus movimientos adoptan velocidad, sin notarlo tensa las piernas y el abdomen, guía con más insistencia el juguete logrando que golpee justo en el blanco. De sus labios brotan sonidos obscenos y una que otra maldición.
Basta imaginar que en su fantasía llegan juntos al climax, junto con las insistentes vibraciones en su interior, para correrse diciendo en voz alta el nombre de su antiguo novio. Chorros de semen salen disipados y su cuerpo se llena de espasmos, mientras el para de tocarse gradualmente y casi para de golpe el vibrador que comenzaba a ponerle demasiado sensible.
Vuelve a cerrar los ojos, regulando su respiración poco a poco. Deja el juguete sexual y el lubricante en cualquier lugar sin preocuparse demasiado, alcanza su ropa interior y se la coloca para después acomodarse dentro se las cobijas.
Queda profundamente dormido sin saber nada más hasta la mañana siguiente.
Aquella mañana, su despertador suena de manera puntual a las 8 A.M, toma su teléfono de la mesita de noche para apagarla. Parpadea un par de veces y vuelve a tomar su teléfono para terminar de despertar viendo algún video en YouTube. Enciende la pantalla y lo primero que llena su campo de visión, es una notificación del esperado contacto con hora de entrega durante la madrugada. Él lee el mensaje y no lo puede creer.
"Hola. ¿Cómo has estado? Extraño los viejos tiempos..."
Queda perplejo, realmente Taeyong le había dicho que lo extrañaba a las tres de la madrugada.
bno...
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LEY DE ATRACCIÓN ; YONGHYUCK
Short Story"Donghyuck se masturba pensando en su ex. Taeyong repentinamente tiene ganas de volver a hablar con él".