14-ERES MIO

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A la mañana siguiente Zeno sama y Dai no intercambiaron palabras, el sacerdote nunca hablaba a menos que fuese necesario o que Zeno sama se lo pidiera pero esta ves el rey del todo no tenia intensiones de hablar, hubieran seguido asi de no ser que Zeno sama decidió abrazar a Dai aferrándose a el con fuerza sorprendiendo al sacerdote

- ¿sucede algo Zeno sama? -pregunto acariciando la cabeza de su señor confundido por tan repentina acción

- estoy feliz y fastidiado -respondió enterrando sus dedos en la cintura del ángel el cual solo soltó un quejido

- ¿por que? Claro si puedo saber -pregunto el ángel sonriendo ignorando que su señor lo estaba lastimando

- no creas que no se lo que paso a noche, se que Yiqie trato de tocarte -hablo apretando mas su agarre al punto en el que parecía como si la ropa del sacerdote se rompería

- si pero no paso nada mas no se preocupe -trato de tranquilizarlo algo adolorido

- si, se que te defendiste como yo te lo dije y por eso estoy feliz pero estoy fastidiado por que esos buenos para nada piensan que pueden quedarse con mis cosas -se quejo apretando mas esta ves lastimado enserio al ángel provocándole unos cuantos rasguños y que su ropa se rompiera

- se....se...señor -lo llamo tratando de no parecer herido

- !eres mio, solo MIO y ninguno de esos idiotas puede jugar contigo solo yo puedo jugar¡ -grito casi llorando de rabia al pensar que alguno de esos reyes podían tocar a su Daishinkan mientras el dormía

Dai se quedo en blanco un momento, su mente no sabia que hacer en esa situación, su señor nunca se había puesto tan posesivo con el

- tra...tran...tranquilícese por...favor -abrazo a su señor tratando de calmarlo- le juro...que...no...de...dejare que me toquen -le aseguró sintiendo como los rasguños comenzaban a abrirse derramando una poca de su sangre en su ropa

Zeno sama miro el rostro de su ángel que se esforzaba por no mostrar dolor, eso le llevo uno de sus mas amargos recuerdos, su primer Daishinkan llorando por el castigo que le dio, un castigo sin sentido incitado por la mala influencia de esos reyes

"Por favor...ya...ya....no...mas"

Esas palabras llenas de dolor fueron las mismas que dijo Dai para calmarlo, con ese mismo tono, con ese mismo rostro, su pecho comenzó a dolerle por el dolor que ese recuerdo le traía, estallo en llanto soltando un grito por el dolor

- !!!lo siento, lo siento, lo siento... perdón¡¡¡ -se alejo de Dai comenzando a temblar notando las heridas que le provoco a su ángel

Dai miro a su señor preocupado no esperaba esa reacción, realmente no esperaba nada

- tranquilo señor no pasa nada -se acerco para levantar el rostro lleno de lagrimas de su señor, verlo de esa manera le causaba un inexplicable dolor que le estrujaba el corazón

- yo...yo no quiero... lastimarte.... no quiero -hablo sin dejar de llorar tratando de frenar sus lagrimas con sus manos

Dai se puso a la altura de su señor y con su mano limpio las lagrimas de su señor

- usted no me lastimo, lo comprendo si yo estuviera en su lugar creo que también hubiera hecho lo mismo -le sonrió para después abrazarlo- no importa lo que me haga yo siempre estaré a su lado sin importar que, soy suyo por la eternidad

Zeno sama solo abrazo a Dai llorando en el hombro del susodicho, el ángel lo consolaba con mucho cariño demostrándole que estaba como si no tuviera heridas que sanar

-perdóname -le suplico entre sollozos

-esta bien lo perdono -siguió sonriendo- deje de llorar no es bueno que los demás lo vean llorar -se separo un poco de el para darle un tierno beso en la frente que termino por calmar rápido a Zeno

Desde la puerta Daia, Tree y Diamant observaban la tierna escena entre Dai y si señor, parecían muy cercanos, casi no parecía haber una diferencia entre ellos, un sentimiento comenzó s crecer dentro de ellos un sentimiento de envidia que les daba ganas de interrumpir la escena pero les parecía tan tierno ver a un rey llorando y disculparse con su sirviente que no se atrevieron, era como ver a un padre con su hijo pequeño

- ¿quiere desayunar aquí? -pregunto el ángel cargando a su señor como si fuese un bebe

- no, no tengo hambre -hablo acurrucándose en el pecho de su ángel

-señor debe de comer algo esta en pleno desarrollo y no quiero que se enfermé -hablo sentándose en la cama para pensar un poco- esta ves dejare que usted decida que desayunar pero por favor coma algo

Zeno sama no hablo por un rato solo parecía pensar, al final acepto

- esta bien pero solo quiero una fruta con eso sera suficiente -hablo ya mas tranquilo

- a no, si no desayuna bien no abra postre para la comida -lo regaño como si fuera su padre

- bueno entonces tráeme lo que según tu es un desayuno nutritivo - sonrió divertido por molestar un poco a su sacerdote- es lindo que te preocupes por mi

- es mi deber velar por su bien estar señor - chasqueo los dedos haciendo aparecer unos panques acompañados con tocino y huevo además de un vaso con leche tibia

- ya lo tenias todo planeado -se sentó en el regazo de su ángel

-lo hice temprano no tenia mucho que hacer ademas prefería que este alejado de los demás un rato-dijo sonriendo

- ya veo - comenzó a comer- rico como siempre -opino encargándose un poco en el torso de Dai

- me alegro que le guste -le acaricio la cabeza solo por hacerle mimos y mantenerlo contento

Daishinkan miro hacia la puerta notando a los demás ángeles les sonrió y después volteo a ver a su señor, espero a que este se relajara mas para poder bajarlo de el y así lo hizo

- iré a hacer algo no tardo -aviso saliendo de la habitación topándose con los ángeles

Los cuatro se quedaron mirando un buen rato los otros ángeles miraban a Dai con enojo mientras que Daiyamondo mostraba una mirada tranquila

- conque ya sabias lo que iba a pasar -hablo Tree muy enojado dedujendo cual era la razón real de que el sacerdote hiciera el desayuno temprano

- claro que si, un hombre lujurioso no se quedaría con las ganas -hablo sonriendo como si no le importara

- eres un.... - trato de darle un golpe que Dai pero el susodicho lo detuvo con un dedo

- cuida tu vocabulario odiaría que Zeno sama te escuchara -lo regaño frunciendo el ceño- voy hacer claro con ustedes, no me importa cuanto daño reciban si quieren puedo curarlos de cualquier herida pero no puedo ayudarlos ni evitar sus castigos -les explico estando algo molesto con ellos- y si esperan que yo tome su lugar en los castigos están muy equivocados, yo no hare su trabajo -se cruzo de brazos fulminándolos con la mirada

Los ángeles ya no sabían que decir, Dai era tan imponente como sus amos, nunca lo creerían de no verlo en sus ojos, Dai no estaba dispuesto a obedecer o evitar los castigos de los demás en esa situación era el o ellos.

SIEMPRE A SU LADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora