Capítulo 40:

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Killian, tenía un par de cosas aún en la casa de sus padres, además de que él y Zac debian hablar con el señor James sobre unos puntos de su nuevo proyecto. Mientras ellos dos van a la casa, Aiden tiene su propia casa para él solo con Elisabeth. Ambos están en la habitación, la puerta está vez está cerrada aunque no hacen nada fuera de lo normal, simplemente están acostados sobre la cama, de nuevo Aiden encierra entre sus brazos a Elisabeth, como la primera vez que durmió con ella,

- ¿Crees que funcione?- pregunta Elisabeth, haciendo alusión al plan de Zac sobre ponerle un punto final al absurdo pleito entre Killian y Mackenzie,

- Si no se matan en el intento-

- lo más seguro- Rie por lo bajo pero parece ser una risa más de nervios, ya que todavía no ha encontrado la forma, el lugar o el momento para decirle a Aiden que regresarán a Londres por el desfile, que es más que obvio que Liv estará allí y por ende Christian también.

- ¿Aiden?- habla, pero no recibe respuesta así que lo interpreta como una señal para continuar, - ¿Te acuerdas del desfile? -

-¿Iba a hacer en la galería de Amy?-

La joven incita a Aiden a soltarla y se sienta, para tener una mejor vista de la reacción de Aiden.

- ya no-

Aiden, frunce el ceño confundido y repite la acción, sentándose frente a Elisabeth, - ¿Ya no?-

- Si es que ...- rie demaciado fuerte, -El coordinador- "Y Mackenzie" piensa,
- quieren, bueno ya no quieren porque se decidió así- vuelve a reír,
- será...

- Londres- escupe Aiden que permanece demasiado serio.

- ¿Cómo lo sabes?-

- Por tu nerviosismo-

Por inercia, la joven se levanta de su lugar y comienza a caminar por la habitación,

- es absurdo lo sé, Amy tiene esa hermosa galería que es fantástico para el desfile. Está en el centro de Oxford, en el centro. Claro que iba a funcionar, además las personas vendrían igual, es decir, es un desfile de la empresa y... es una mala idea pero ese maldito coordinador y Mackenzie...- y tarde se da cuenta de sus palabras.

- ¿Mackenzie, quería volver?- suelta Aiden, deteniendo los pasos de Lizzy,

- No, ella no quería, no quiere- lo piensa un instante, -creo- murmura.

- ¿Por qué estás así?- pregunta Aiden, sin cambiar la seriedad desde el principio de la conversación con este tema, - ¿Por qué Mackenzie quiere volver o por qué puede que veas a Christian de nuevo?-  y la bomba estalla.

- ver a Christian de nuevo, no significara nada, absolutamente nada-

- Entonces, no tiene porque ser una mala idea, un absurdo-

- Aiden...

- Te conozco como la palma de mi mano- Repone, - tienes miedo de encontrarlo de nuevo pero es más que seguro que un día lo harán. No tienes que fingir conmigo- se acerca a ella abrazándola, - te amo- agrega, apoyando su mentón sobre la cabeza de Elisabeth, -  no hace falta que me digas que me amas, no hace falta que digas nada- la mira a los ojos, 
- Elisabeth, caminaria a través del fuego por ti, solo déjame amarte, el tiempo que dure y el día que te quieras ir, prometo dejarte-

Sin haberlo pensado siquiera, sin darce cuenta, los ojos de Elisabeth le arden, está a dos segundos de llorar.

- No podría dejarte- contesta Elizabeth, - no quiero hacerlo- se acerca a labios de Aiden y antes de cualquiera otra palabra se besan. Ya no puede existir ni una pizca de sentimientos hacia Christian, similar a lo que siente Aiden.
El joven guardaespalda, que no sabía o no quería aceptar que en cada noche, de esos cuatro años, que tenía en su habitación a Elisabeth, le entregaba un pedazo de su corazon...

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