¿Y SI ALGUIEN MUERE, QUE HACES?

14 NOMBRES

Quita eso, huele horrible. Habló Laana para los machos del equipo.

Hace más de tres dos días que el cuerpo de Malda seguía ahí, ya empezaba a formar gusanos y a despedir un olor terrible. Pronto atraería a los buitres y probablemente a los pridelanders.

A la orilla de un peñasco; tanto Adui como Saud arrastraron el cuerpo de Malda y lo arrojaron ahí.

Belial, como siempre, se encontraba verificando que algo nuevo sucediera a las afueras de la roca del rey. Lamentablemente su visión era la de un león común y corriente, acercarse sería peligroso.

Pronto comenzaría a caer la noche, esa noche era la misma en la que Rani y Kiara viajarían al árbol de la vida.

Dentro del pequeño lugar en donde se encontraban todos los miembros del equipo; Tási y Kaste era los más alejados, entrenando, mientras que Uovu y Aren escuchaban a Dhakar dentro de la cueva.

Vamos a formar dos grupos, uno de ellos entrará para despistar, Fuli nos habló de que el rugido deja de funcionar si están demasiado cerca de él, los demás irán por el rey. Sin fallas, sin bajas, quiero que esto salga perfecto.

Dhakar habló en voz alta para los que estaban escuchando, cuando cayera la noche entrarían a las praderas.

Así no, idiota. Después de una larga sesión de entrenamiento, Kaste estaba empezando a desesperarse. Uno tras otro eran los errores que cometía a la hora de pelear y defenderse de zarpazos y mordidas al cuello.

Era cierto que Kaste había pasado por esa etapa, en la que pelear contra leones adultos era lo más difícil, para su buena suerte era un prodigio en la pelea, Dhakar lo había entrenado bien. Cualquier pequeño error era rápidamente solventado con un gran ataque.

Laana ya estaba enterada del plan, a veces entrenaba con Tási, pero lo que sabía ya lo había enseñado, su estilo de combate era más de improvisar a lo largo de la pelea, todo dependía de cómo se comportara el rival.

De nuevo una estruendosa caída por parte de Tási se escuchó.

Levántate y ataca con toda tu fuerza. Debes entender que los adultos dejan de lado su cuello, en cambio tu no, tu cuello es lo que más debes cuidar, ataca a los ojos, las piernas. Hablaba Kaste con algo de coraje en la voz, tantas veces había repetido es palabras, empezaba a ser frustrante.

El menor volvió a levantarse, estaba cansado, tenía heridas leves abiertas, con sed y hambre, pero aun así no se detenía, iba a seguir entrenando para que no le pasara lo mismo que a su anterior compañero. Ser comido no iba a ser una opción.

Con un zarpazo rápido; Tási marcó la mejilla de Kaste. Este solo sonrió.

Eso es, ¡pero te olvidas de nuevo del cuello!

Rápidamente se lanzó sin medir su fuerza, esta vez iba enserio.

Los colmillos de Kaste mordían con fuerza el cuello de Tási, el menor se lanzó hacia atrás intentando esquivar el ataque, aunque esto fuera en vano, las patas del menor se combinaron en un fuerte golpe que dolió a Kaste, aun así, no soltaba su cuello.

Cayendo al suelo y azotando su cuerpo sobre una pequeña roca; Kaste solo cerró sus ojos con fuerza mientras apretaba más la mordida, ahora que estaba en el suelo, su defesa ante los ataques de Tási sería más efectiva. El menor notó eso, había que quitarse a Kaste antes de poder atacar, gracias a los entrenamientos que antes había recibido; con un golpe en la zona anteriormente golpeada Kaste lo soltó. Parece que ahora era la oportunidad de Tási para atacar.

Tási se paró firme, sacó las garras y se lanzó sobre la cara de Kaste para poder asentar golpes contundentes. Kaste tampoco iba a quedarse parado. No podía ver bien por los golpes que Tási mandaba, lo único que podía hacer era taclearlo e intentar morder su cuello de nuevo al tenerlo en el suelo.