Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]

Capítulo V: Los chicos siempre serán chicos

No era la primera vez que era acosada por alguno de sus compañeros tanto de su casa como de otras. Gracias a Snape habían terminado por dejarla en paz, y solo unos pocos se atrevían a incordiarla, y cada vez que ella se quejaba con él, este solo lo atribuía a su vestimenta fuera del reglamentario de Hogwarts. Aunque sabía a la perfección, que sin importar que llevara, la chica lograba sacar los más bajos instintos de sus compañeros.

Por ello casi agradecía que la nombrara prefecta, al poder dar castigos ella misma sin tener que acudir a él. Casi podía imaginarse el regaño que le daría si se quejaba de lo sucedido con McLaggen...

Apenas después de un par de chicos más ser reprendidos por su culpa, logró divisar a su mejor amigo, en efecto discutiendo con Potter en su compartimiento, provocando su enojo. Por más que intentara apartar a Malfoy del niño que vivió, no lograba nada, era casi imposible razonar con él. Lo conocía mejor que nadie, y conocía las razones por lo cual lo hacía. Detestaba la atención que le daban a su rival solo por ser el niño que sobrevivió a Voldemort.

Aun recordaba como el rubio le contaba lo que esperaba de Hogwarts al entrar, ser admirado por sus compañeros, ser el chico más popular del colegio solo por ser un Malfoy. El último. Pero en el momento en que Potter decidió que no sería su amigo, su destino fue dictaminado. A pesar que sabía a la perfección que Harry no buscaba fama o popularidad. Odiaba la atención.

—¡Miren esto! —escuchó a Malfoy desde el compartimiento antes de caminar hacia este y en efecto encontrarlo en compañía de Crabbe y Goyle, sus gorilas personales —. No pensarás ponerte esto, ¿eh, Weasley? Fueron el último grito hacia mil ochocientos noventa...

— Linda túnica— comentó la azabache con una sonrisa burlona antes de ver a Draco y reprenderlo con la mirada—. Creí haber hablado claro contigo— le advirtió ganándose la mirada de sorpresa del trío de oro.

— Y yo que estabas durmiendo...—argumentó en voz baja antes de quedarse callado al saber que si seguía hablando le iría peor, mientras los Gryffindor la miraban extrañados por defenderlos, y por la manera en que Malfoy había cambiado de ser un arrogante a casi un borrego que no quería hacer enojar a la chica—. Vámonos— les dijo a sus gorilas, sin esperar que ella lo siguiera.

— Lamento eso chicos, aun trabajo en su carácter de mierda— se disculpó sonriéndoles de lado antes de negar y ver a Harry, notando lo diferente que se veía al año pasado—. Lindo corte de pelo Potter, te queda bien— le halagó logrando hacer sonrojar al pobre chico antes de apartarse de la puerta para buscar a Draco que estaba apenas a unos metros de ella bromeando con sus gorilas.

— Sigo sin comprender por qué lo defiendes— exclamó el rubio en cuanto la chica llegó hasta donde él—. ¿Acaso te gusta?