Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]

Capitulo X: Nada como los chocolates como para decir lo siento.

Pociones y transfiguración fueron las únicas clases de ese día que la salvaba de tener la peor combinación de clases un día a la semana. Al contrario del día anterior, no había sido regañada por Snape, y hasta le había obsequiado veinte puntos por realizar una impecable poción de muertos en vida. Estando de mejor humor, llegó a la cena cuando ya sus amigos se encontraban sentados en la mesa de Slytherin.

— Te ves de mejor humor— comentó Theodore quien se había servido su porción de cena—. ¿Alguna razón en especial? —preguntó con sorna sin ella entender la razón.

— Gané treinta puntos para nuestra casa, ha sido un buen día al final de cuentas— respondió animándose a tomar una chuleta de cerdo antes de que su hermano mayor se sentara a su derecha—. Creo que hablé demasiado pronto, ¿Qué quieres? —preguntó sin ocultar su desagrado por él.

— ¿Estás saliendo con Diggory? —preguntó de manera directa logrando que lo mirara fuera de sí.

— ¿Disculpa? —exclamó sin saber qué otra cosa responder provocando que el pelirrojo pasara su brazo por su hombro—. ¿De dónde demonios sacaste esa conclusión?

— Me dijeron que los vieron juntos después del almuerzo— respondió disfrutando torturar a su hermana menor, dejarla sin palabras era un deporte que gozaba con creces.

— Estábamos hablando de las rondas, sino mal recuerdas, somos compañeros de rondas— se defendió volviendo en sí, sin permitirle ponerla nerviosa al respecto—. ¿Qué?, ¿Ahora vas a prohibirme acercarme a él por ser un tejón?

— Por favor, hasta tú te darías cuenta que le gustas— exclamó Hunter riendo—. Y no, no venía a prohibirte que te le acerques, es prefecto, sangre pura, y su padre trabaja en el ministerio, a papá le encantará saber que salen— le aseguró encogiéndose de hombros, provocando que la chica le quitara el brazo de encima con rabia.

— Ni se te ocurra mencionar algo, no estoy saliendo con él— le advirtió señalándolo mientras el chico se levantaba del asiento sonriendo con arrogancia para alejarse de ella—. Lo que me faltaba, ¿acaso ustedes sabían algo? —les preguntó a sus amigos.