About the holidays...

Christmas Day.

Se levantó y duchó, y no pudo dejar de evaluar las razones por las que tenía una sensación de extrañeza en el pecho.

Hace dos días fue a ver a su madre y su esposo, también les había comprado algunos regalos hace un par de días, y había comprado la comida y medicina de Casper.

Su gato era un animal viejo, blanco y vago, y  tenía algunos problemas cardíacos, por lo que por eso siempre prefería que durmiera con él, pero estos días lo había estado evitando un poco. A excepción de ello, todo estaba en orden... quizá solo tenía un poco de hambre. Casper también debía estar hambriento, así que apenas estuvo vestido, fue por su desayuno.

Tomó la medicina del gato, y se extrañó de que, al llamarlo, nada sucedió ni se escuchó. Confundido, fue a verlo al sofá para despertarlo. Estaba ahí, plácidamente durmiendo.

- Oye. -le llamó nuevamente y nada pasó- Casper.

Nada sucedió, así que se acercó un poco más, y fue cuando entendió que Casper no estaba plácidamente durmiendo. No en esta vida, al menos.

....

- Lo siento mucho, Jiminie.

Una vez que habló con el veterinario para saber qué le había sucedido a Casper, llamó al servicio especial de su departamento para que vinieran a recoger su cadáver. Pero justo después de eso, miró la cama de su gato y sus juguetes, y  se sintió tan desolado y derrotado que decidió llamar a su viejo amigo, Taehyung, para estar un poco en compañía.

Taehyung y él habían sido amigos desde la escuela, pero una vez terminaron la universidad, Taehyung se casó y comenzaron a verse muy poco. No era culpa de ninguno de los dos, simplemente las cosas así sucedían. Tae se enamoró de su profesor de universidad, Seokjin, se casaron y consiguieron todo lo que ahora les permitía llevar una vida maravillosa.

Jimin, por su parte, iba en una línea un poco distinta. Consiguió un buen empleo como maestro de álgebra en una escuela en los suburbios de la ciudad, y solo debía pagar sus propios gastos y los de un hermoso gato blanco, que ya no estaba con él.

- El veterinario dijo que no había mucho que hacer, de todas formas. No te sientas culpable, Min -dijo Taehyung, acariciando su nuca.

Jimin vislumbró una pequeña sonrisa, y miró a su amigo.

- Hace años no me decías así.

Su amigo, que estaba sentado en el brazo del sofá, se deslizó silenciosamente al asiento junto a él, y le dio una sonrisa ladeada.

- Hace años no estamos en la escuela.-Tae le dio una vieja sonrisa-  Min era un niño llorón que amaba escribir poemas. Jiminie es un hombre. Un hombre serio que pone números y letras en ejercicios matemáticos y odia la navidad.

Jimin se quitó la humedad de las mejillas y sonrió.

- No odio la navidad.

- ¡Claro que sí!. Es decir, mira este lugar. -Jimin miró a sus alrededores- Es 23 de diciembre y no hay indicios de la época. Eres un grinch.

Jimin suspiró y bajó la cabeza.

- No creo que esté ánimos para celebrar nada ahora mismo, de todas maneras.

- Oh, Jiminie. -Tae le sobó la espalda con cariño- Sé que amabas a ese gato más que a cualquier persona. Hace cuatro años lo recogiste de la calle y te lo quedaste aun sabiendo sus complicaciones. Y aunque fue lo más hermoso y genuino, es una mala excusa para no celebrar navidad.

Jimin tuvo que reír.

Tae era un entusiasta de la navidad. Siempre hacía fiestas e incluso varias veces trató de hacer de cupido con él. La última vez fue hace dos años, que también se resume como la última navidad que celebró. Desde ese entonces, lo único que hacía esos dos días, era darle regalos a su madre y esposo y volver a su cómodo departamento a comer algunas galletas junto a Casper. A veces se sentía muy solitario, pero nunca se convencía de hacer nada distinto. Tae siempre lo invitaba a sus fiestas, pero siempre declinaba con excusas baratas que su amigo nunca creyó, pero siempre aceptó.