El Cristal del Tiempo

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La tarde fue un caos para su mente, se sentía frustrado y molesto consigo mismo. Caminaba de un lado al otro pateando lo que se le cruzaran en medio. Escuchó la puerta abrirse y cerrarse, se encontraban en aquella isla que pertenecía a Rubius y Nieves. Vegetta se apoyó contra la puerta y se cruzó de brazos mirándolo con detenimiento, observando el desorden que lo rodeaba con un leve gesto de desaprobación.

-¿Ya terminaste de hacer tus berrinches de niño pequeño?- preguntó calmadamente observando en varias direcciones, la sala terminó patas para arriba.

-¡¡Que te jodan!!- exclamó lanzándole un libro que obviamente Vegetta esquivó con facilidad.

Pasó ambas manos por su rostro en signo de frustración- Rubius ya deja de culparte- dijo Vege con calma- nada de esto es culpa nuestra- intentó acercarse.

Rubius se alejó- si no te hubiese pedido que te quedaras a mi lado habrías ido con Luzu- dijo rápidamente- hubieras estado cuando esos ataques comenzaron- no podía dejar de caminar de un lado a otro cual animal enjaulado- hubieses evitado que Karmaland terminara como está ahora-.

-Rubius...-.

-Hasta Akira terminó lastimada por hacerse pasar por el Lobo Nocturno para ayudar- agregó molesto y preocupado- y tú aquí, siendo retenido por mi egoísmo... soy un idiota- dijo golpeando sus piernas con sus propios puños.

-Esa actitud no es la que deberías tener en estos momentos Rubén- dijo con seriedad- no es tu culpa-.

-¿En serio?- preguntó sarcástico- si tú hubieses estado presente nada de esto habría ocurrido- le espetó molesto- y es mi culpa que no lo estuvieras-.

-Das por sentado que puedo hacerlo todo- dijo cerrando sus puños con cierta impotencia recordando las palabras del Doblas falso "Karmaland será destruida... cómo sucedió con aquel lejano lugar". Sí Karmaland ya estaba en caos... no podía tener más dudas sobre aquel lugar.

-¡¡¡Claro que puedes, joder!!! ¡¡¡Eres Vegetta!!!- exclamó Rubius golpeando la pared más cercana con ambos puños- joder, joder, joder... comparado contigo nosotros... los demás... no somos más que inútiles- agregó casi susurrando- si no fuera por mi... el pueblo-.

Vegetta suspiro fuertemente con tono de resignación, levantando el sofá de dos cuerpos y colocándolo en su lugar para segundos después poder tomar asiento en el mismo lugar.

-Se que estás molesto Doblas, pero no es tu culpa- sentenció mirándolo seriamente- si quieres culpar a alguien entonces cúlpame a mí- agregó apoyándose contra el respaldo del sofá- le dije a Luzu que no iría a la reunión porque tú me necesitabas- lo vio abrir la boca- pero esa fue MI decisión cariño, yo lo elegí, tu no me obligaste a nada- estiró una de sus manos para que él la tomara- ven- le pidió.

Rubius mordió su labio inferior sin poder negarse a la petición de su esposo, quien tenia el mismo semblante preocupado que él. Sin duda ambos se sentían responsable de lo que había sucedido en el pueblo, puesto que se enteraron de los sucesos hasta el día siguiente. Se dejó caer al lado de Vegetta en el sofá.

-No imaginé que esto sucedería- sentenció Rubius afligido.

Vegetta acarició sus cabellos sin decir nada.

-Cuando hablé con Luzu y me pidió que contactara a Lobo Nocturno, nunca creí que era porque una batalla se avecinaba- agregó.

-¿Te dijo Luzu para que necesitaba a Lobo Nocturno?-.

Desde que estoy contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora