Mi pequeña gran ilusión 「Yoonmin」 「Omegaverse」

Capítulo LII

— Lo lamento

— No importa — subiendome sobre él para besarlo.

— Creí que estabas cansado — acariciando mi cintura.

Lo miré con ojos desesperados, no quiero parar ahora, anhelo sentirlo otra vez, mucho más fuerte y duro que hace un momento.

— Otra vez — dije casi suspirando mis palabras.

— ¿Que?

— Hagámoslo otra vez, por favor...

Bajé mis manos a su miembro mientras me veía, comencé a masturbarlo, sus ojos y su mirada, extrañaba esa mirada, era él, aunque sea solo por esta noche quiero poder disfrutarlo.

— Extraño que me vea así

— Y yo deseaba que volvieras a tocarme

— Deseo que haga otra cosa ahora, — le susurré al oído — pero... más fuerte

Cargandome me tendió nuevamente en la cama, penetrandome mientras me besaba, me calienta esa sensación cuando nuestras lenguas se tocan, como lo estamos haciendo es mucho más intenso que otrás veces, supongo que esa es la diferencia entre tener sexo y hacer el amor. Su aroma cambió drásticamente de un momento a otro, se había detenido apretando mi nuca con su mano, jadeaba junto a mi oído, pero se escuchaba como si estuviese molesto. Traté de apartarme a un lado, estaba apretando mi herida y dolía, aún así seguía con los ojos cerrados, debe estar luchando consigo mismo ahora, me duele verlo así.

— Señor...

— Jimin no me toques ahora

— Está bien

Me quedé observándolo en la cama, aún seguía agachado sosteniéndose de sus brazos, su respiración, sus suspiros y jadeos, realmente parecía molesto, pero con ese lobo dentro de él, siento ganas de llorar al saber que no puedo hacer nada contra eso, quedarme observando mientras él está así es tortuoso.

— Lo amo — dije tratando de no llorar.

Tras decir eso vi como una pequeña lágrima caía por su mejilla, es como ver a dos personas diferentes, pero ambos son realmente la misma, los amo a ambos, espero que algún día él también lo haga. Lentamente su aroma iba volviendo a la normalidad, me acerqué a besar su hombro, levantándose me abrazó.

— ¿Está bien?

— Si, lo lamento

— Mireme, — tomando su rostro entre mis manos — ¡Hmf! es usted, estoy bien, no tiene porqué tener miedo, es mejor que descanse

— ¿Te quedaras conmigo?

— Debo... ir a buscar mi ropa a la sala — avergonzado.

— Te acompaño

Nos levantamos de la cama para ir a la sala, primero me puse el pantalón, mi camiseta y sudadera quedaron en el suelo frente al sofá.

— No te pongas la camiseta aún

— ¿Por qué?

— Eres hermoso — abrazándome.

Sentados en el suelo frente a la ventana comenzamos a ver el paisaje, ambos estamos mirando hacia el frente pero yo estoy sentado entre medio de sus piernas, sentí un cálido beso sobre mi marca.

— Te amo, gracias por no rendirte — tomando mis manos.

— Yo también lo amo, jamás se me pasó por la cabeza el rendirme, solo pienso en como poder ayudarlo, aunque está no sea una batalla que me corresponda lo amo y eso hace que me preocupe