Pensé. ¿Qué les decía? Madre mía, estaba muy confusa. Le di mil vueltas antes de contestar, no sabía que hacer. Pero entonces, una de las chicas interrumpió mis pensamientos.
-¡Oye! Te hemos preguntado una cosa.
-Lo sé, no soy sorda.
-¿Pues?
-A lo mejor no os lo puedo contar.
-Ah. No me voy a cabrear contigo si no nos lo cuentas eh, sólo teníamos curiosidad.
-Gracias.
Me limité a dejar la conversación en ese punto. No quería seguir hablando de ese tema.
-Bueno, y dinos, cuéntanos que es de ti. Hobbies, gustos y esas cosas.
-Pues… En mi hogar no se pueden hacer muchas cosas, en realidad. Me gusta la música, leer y sobre todo, jugar al Zelda en mi DS.
Ellas me miraron extrañadas. No entendía porqué.
-A mi me gusta el Zelda.
Dijo Ivette, lo cual me hizo gracia. Entonces alguien se puso detrás de mí, lo pude notar. Me giré para comprobar quien era. Era una cara demasiado conocida. Un pelo demasiado perfecto. Sí, era Melanie. Me estaba mirando con cara de asco. Llevaba el doble de maquillaje que siempre y estaba vestida cómo… ¿como decirlo? No sé, demasiado destapada supongo.
-Hombre, mira quien está aquí… La cría de Moon.
Dijo. Me entraron ganas de pegarle. Me giré y seguí hablando con las chicas. Pero entonces la estúpida me tiró del pelo y me giró.
-Te estoy hablando idiota.
-Y yo te estoy ignorando.
Seguía agarrando mi cabello y cuando escuchó aquello tiró de él. Una de las chicas que estaba conmigo, Eva, se levantó y le pegó en la mano una bofetada.
-¡Suéltala!
-¿O qué? ¿Vendrás a pegarme, Eva? Qué miedo, la niñata de turno se mete conmigo uuu.
Dijo irónicamente sin soltarme del pelo.
-¡ME HACES DAÑO!
Chillé, y todo el mundo se giró hacía nosotras. Brent vio el panorama y corrió hacía mí.
-¿Eres tonta o qué clase de problema mental tienes Melanie?
Dijo Brent. En ese momento la chica soltó mi pelo y me empujó al suelo, dejando que me cayera al suelo y tras mí, cayó la silla.
-Brent, vete a la mierda.
-Vete de mi casa. Ahora mismo. ¡NO QUIERO VERTE MÁS!
-Tú no me mandas.
-Estás en mi casa estúpida.
-¿Y a mí qué?
-Pues que no tienes derecho ha hacer nada de esto. ¡No tienes derecho a nada! ¿Te crees que por ser “guapa”- he hizo un gesto de entre comillas con los dedos. – conseguirás todo lo que quieras? Pues no. En realidad eres la tía más horrible que existe. Puedes usar todo el maquillaje que te salga de ahí abajo que seguirás siendo horrible, ¿Sabes porqué? Por que eres una muy mala persona. Puedes tener el mejor físico del mundo y ser miss universo que seguirás siendo horrible. Vete, no quiero saber nada más de ti, te lo dije el otro día por teléfono, ¡y encima tienes el morro de que te invito y vienes y intentas hacerle daño a mi novia!
Tras esa palabra todo el mundo se quedó flipando. ¿NOVIA? ¿Eso era lo que me consideraba? ¿Cómo? Todos me miraron. La estúpida estaba llorando desconsoladamente y parecía un mapache, todo el maquillaje lo tenía corrido por toda la cara y pasó de ser bonita a ser realmente fea. Hubo silencio.
-Hijo de…
-¡NI SE TE PASE POR LA CABEZA INSULTARME! ¡LARGATE DE UNA VEZ YA JODER!
Ella salió corriendo, y Brent se giró hacía mí, me miró con tristeza y tras eso… Me besó en los labios. Yo sin querer, me levanté y salí de la habitación corriendo. Me senté en un sillón que había en el pasillo y me puse a pensar en todo lo sucedido. ¿Me había besado? ¿Lo había hecho? No lo podía creer. No tardó mucho en aparecer delante de mí.
-Moon yo…
-¿Por qué me has besado? Y, ¿Por qué has dicho que somos novios? No somos nada.
-Yo creía que tú…
-No, Brent, era capricho, eres el único chico de mi vida y pues… pensé que te amaba, en realidad no siento nada por ti.
A Brent le saltaron lágrimas de los ojos, y yo simplemente, me sentí miserable.
-Moon… Yo… Te amo… No… No… No puedo creer esto… Me has jodido… En serio… Yo…
-¡Todo esto lo hago por ti! No quiero hacerte daño, y si sigues a mi lado te lo haré. Quiero que seas feliz, que sigas con tu vida, y que sobre todo, no te preocupes más por mí, yo tengo un estilo de vida y tú otro, eres normal, yo soy un bicho raro de la sociedad, en serio, Brent, no quiero que por mi culpa lo pases mal.
-¿Sabes? Siempre supe que terminaríamos así, no me haces daño Moon. Además de eso, yo te quiero, y el amor no tiene límites, si yo no te quisiera no hubiese hecho todo eso por ti. Si quieres seguir sin mí, lo entenderé, hazlo, mejor dicho. Yo intenté hacerte feliz pero no aceptaste que lo hiciera, así que no puedo hacer nada más. Puede irte, si quieres.
-Brent… De verdad que siento todo esto, es sólo que no puedo permitir seguir con todo esto.
-No importa. Yo… te querré siempre, y siempre te esperaré. Lo juro.
Nos miramos. Lloré, lloré cómo nunca. No sé por qué lo hacía, en realidad, no lo amaba, ni nada por el estilo, pero verlo sufrir… Me rompía a trozos. Me levanté del sillón y dejé la bolsa con mi regalo en él. Me largué de allí antes de que pudiera hacer daño a alguien. Era el libro de Buenos Días Princesa. Nunca supe que fue de ese libro, sólo sé que Brent se lo quedó aquel día, aquel triste día de Agosto en el que perdí lo más importante de mi vida, y no, no hablo del libro.
ESTÁS LEYENDO
El don de la luna.
Roman d'amour¿Un don o una maldición? Nunca llegué a saber de que se trataba. Viví encerrada en esa clase de manicomio la mayor parte de mi vida, y ahora, ahora he decidido explicar al mundo lo terrible que era ese lugar. Y Brent... Brent, fue realmente lo único...