ANTONELLA JOHNSON.
El frío viento de New York abraza a mí cuerpo y lo único que puedo hacer es sujetar fuertemente mi abrigo largo brindándome un poco de calor.
Cuando llegó a la recepción de la gran empresa Vélez Sport, una chica amablemente me atienda, colocándome la tarjeta de invitada para poder subir hacia arriba a dar mi entrevista de trabajo.
Cuando llegó al piso 35, millones de chicas y señoras esperan para dar su entrevista esperando ser contratadas para servir al magnífico Señor Velez, es un hombre mundialmente conocido y no dudo que puede hacer y deshacer lo que quiere con Estados Unidos ya que ahora el dinero lo controla todo.
Reviso una y otra vez mi carpeta de trabajo, yendo al baño una y otra vez revisando que todo esté bien en mi carta de presentación y en un look que aunque no sea el mejor, me hace ver como una maldita diosa y no es que sea egocéntrica, solo digo la verdad.
Después de aproximadamente 3 horas, me llaman y mostrándome elegante y segura camino hacia la oficina donde un Señor de unos cuarenta y tantos años me espera.
Por que, ¡Vamos!, Soy Antonella Johnson y yo alcanzó mis objetivos cueste lo que cueste.
Tomo asiento y espero a que comienze a preguntarme mientras evalúa atentamente mi carpeta aunque me envía miradas lascivas de vez en cuando.
—¿Así que graduada en Oxford, con honores?—pregunta sonriéndome coqueto y solo asiento ignorando sus asquerosas miradas.
—Si señor, estudie un semestre de tecnología, administración de empresas, contabilidad, administración en finanzas, marketing, y practique en la empresa Forest el control total en negocios internacionales.— sonrió mostrándome orgullosa y egocéntrica, por que es algo que corre por mis venas.
Veo como se remueve incómodo abriendo sus ojos ligeramente sorprendido.
—¿Sabe que esta es la empresa de autos deportivos más importante y conocida de América, verdad?—dice después de aclararse la garganta.
— Lo se Señor, pero se de lo que soy capaz y también pondré mi mayor esfuerzo— contraatacó sin dejar de mirarlo a los ojos mostrando mi serenidad y seguridad al ser contratada como secretaria.
—Debe saber al menos más de 7 idiomas y no creo que...—y sin dejarlo terminando de hablar respondo.
Se lo que pretende, pero joder, a mí nadie me engaña.
— Se inglés, polaco, español, Ruso, Mandarín, Árabe, Portugués, Italiano, Japones, Francés, y Noruego.—suelto sin titubear y el casi cae para atrás al escucharme.
— Sabe que hay personas más expertas y con más posibilidades de tener el trabajo, ¿Verdad?— cuestiona y no puedo evitar sonreír con superioridad
— Claro que lo sé Señor, pero también se que mis maestrías y conocimientos me ayudarán a entrar aquí y trabajar para el Señor Velez.
Me mira de pies a cabeza y sonríe tan asquerosamente que me provoca arcadas y realmente debo esforzarme para no lanzarle un puñetazo.
—¿Quieres el trabajo verdad?—pregunta y yo asiento sabiendo sus intenciones.—¿Hasta donde serías capaz de llegar, hasta conseguirlo?
Joder, ¿Por qué debe haber gente con falta de ética en semejante empresa?
— Si planea qué me acostaré con usted por conseguir el trabajo está muy equivocado, se que mis estudios me harán llegar muy lejos y se todas las posibilidades que tengo, así que si no hay ninguna otra pregunta me retiró.— digo dispuesta a marcharme, entonces la puerta se abre y por ella entra un chico de ojos verdes mirándome fijamente.
—Buenos días Señorita...—espera que diga mi nombre, enseguida me levanto y sonrió ante su presencia.
—Antonella, mi nombre es Antonella Johnson— le extiendo mi mano y el la toma para besar del dorso de ella.
Joder, que maldito hombre más bueno.
— Mucho gusto, mi nombre es Erick Colon— dice sonriéndome entonces le quita la carpeta a el viejo morboso y la evalúa atentamente.
Espero un largo momento para que termine de leerla y cuando lo hace no puede ocultar el asombro, y mierda, hace que mi maldito ego crezca.
—¡Wow, estoy impresiónado!.
— Supongo que gracias—misuto con una sonrisa sincera.
—Le estaremos llamando para cordinar todo sobre su primer día de trabajo—dice con una sonrisa y aunque sé que lo hiba a lograr no puedo evitar sorprenderme por que lo he logrado enseguida.
—¿Que?, ¿Encerio?— entonces sin pensarlo me aviento hacia el y lo abrazo, al darme cuenta de mi inmadurez me retiro y sonrió apenada.— Prometo dar lo mejor de mi.
—Eso lo sé perfectamente, Señorita Antonella.
¿Ya dije que este hombre me altera a niveles incontrolables?
Por que lo hace, y eso es un jodido problema.
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Enseñame Daddy|| Christopher Velez
FanfictionIntroducción. -Eres mi deseo más ardiente princesa- susurro en mi oído y yo juguetee con su corbata sentada sobre su escritorio.- quiero follarte tan duro que haré que nunca me olvides. - Debemos ir suave guapo-susurre sobre su oreja mordiendo su l...