Temo estaba enojado, Ari y él habían decidido ir de campamento solos pero Papancho al enterarse de eso se negó por lo que les puso la condición de que también irían ellos.
Ahora se encontraban todos en el bosque realizando alguna actividad, Ari se divertía jugando con sus cuñados pero se le hacía raro no ver a Temo por ningún lado.
-Oye Susana, ¿haz visto a Temo?- preguntó.
-Creo que está donde dejamos las cosas- dijo Susana-. Deberías ir con él porque lo ví desanimado.Ari inmediatamente fue para allá y efectivamente encontró a Temo sentado en un tronco. No le gustaba verlo solo así que se acercó para hacerle compañía y al sentarse a su lado Temo lo abrazó, el rizado correspondió al abrazo porque lo vio triste.
-Perdón si estoy arruinando el día, Tahi- dijo Temo triste.
-¿Por qué lo dices?- preguntó Ari.
-Porque en todo el día he estado enojado y no me incorporo en las actividades, no es que me moleste que haya venido mi familia pero yo de verdad quería disfrutar de este momento a solas contigo.
-Ay mi Tahi te comprendo, pero Papancho nos quiere proteger por lo que nos pasó en citas anteriores y por el momento no quiere dejarnos solos. Pero ¿sabes qué es lo mejor?
-¿Qué?
-Que al lugar donde vaya todo será mejor porque estoy contigo. Hoy tal vez venimos con tu familia pero estamos juntos.Temo sonrió por aquellas lindas palabras de su novio y comprendió todo, los paseos siempre serían lindos teniendo a Ari a su lado. Se acercó un poco más y le dio un beso.
-Gracias por acompañarme a todos lados- dijo sonriendo.
-No me agradezcas amor, yo te acompaño hasta el fin del mundo- dijo Ari dándole un beso en la punta de la nariz-. Ven, vamos a jugar con los niños.