Deja la luz prendida, tu eres mí estrella fugaz y te seguiré a dónde quieras mientras no me dejes muy atrás. Déjame ser tu luna, déjame ser tu inspiración, prometo no ser la musa que rompe tu seco y pequeño corazón.
Puedo mostrarte las galaxias de acuarela en mis nudillos, las estrellas de mí piel y las rojeces que crea el frío de tu aliento contra mí ser.
Gritale a mí corazón, haz que vuelva a latir por la misma razón que dejó de hacerlo, por tu amor tan abundante aveces, pero tan escaso de vez en cuando, por tus sonrisas hermosas y por las lágrimas que dejaste en mí almohada.
Dibujame, escríbeme, raya mí mano con tu pluma, clavala para que sangre y me uses de tinta, pinta un universo, o un pequeño árbol, de todas formas tienes mí piel para hacer de tu lienzo.