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- Ya se disipó la neblina, pero no podemos salir por la tormenta. - Le informo a Mat, él deja de intentar de hacer una fogata adentro de la cueva para observarme.

- Eso significa... - Me sonríe. Estoy agotada, ya no puedo más y en lo único que pienso es en dormir.

- Eso significa que tenemos que descansar. - Me acuesto sobre la tierra.

- Está bien - Dice desanimado borrando su sonrisa coqueta. Logra prender la fogata. - Isa. - Se acerca, sus músculos se tensan.

- ¿Qué? - Lo miro.

- ¿Sucedió algo antes de que bajara? - Me pregunta, termina por recostarse a mi lado.

¿Aparte de besar y casi acostarme con Bellamy? - ¿Por qué lo preguntas? - Apoyo mi cabeza sobre su pecho. - Asesiné a un puma. - Escucho con claridad los latidos de su corazón.

Me abraza.

No le estoy mintiendo, solo ...

Solo estoy ...

Solo estoy obviando la verdad.

- Eres valiente. - Su mano sube lentamente hasta hacer contacto con mi cabello, la manera en la que decide acercarse me preocupa pues es como si temiera de mi reacción, como si estuviera desactivando una bomba.

Sabe que no estoy diciendo toda la verdad.

- Matt, tú lo eres. - Bostezo y poco a poco caigo en sueño.

- A tu padre, no le agrado. -

- No le agrada nadie. - Lo corrijo mientras peino mi cabello con mis dedos. - No te sientas obligado a caerle bien. -

Ha pasado más de cinco meses desde que nos conocimos. Durante los primeros días buscaba cualquier excusa para acercarse, ya sea pidiéndole a su padre que lo ofrezca para vigilar mi sector o como guardia de la escuela. Para ese entonces lo consideraba uno más de los que querían salir con la hija o hijo de un perteneciente al consejo.

Las semanas pasaron y la intriga de saber por qué aún permanecía siguiéndome me invadieron, la conversación se dio naturalmente y en un cerrar de ojos pasábamos las tardes conversando. En una de estas muchas conversaciones me enteré de que trabajaba medio tiempo en la guardia y que eso iba a cambiar pronto pues deseaba ser doctor.

- Mi padre volvió a intentar convencerme para que trabaje permanentemente como guardia el año que viene. - Busca algo en su chaqueta, antes de sentase. - Pero hoy ha utilizado el chantaje. - Agita cerca de mi rostro una envoltura platinada.

- Acaso es... - Me estiro para quitárselo de las manos. - Chocolate. - Lo desenvuelvo en cuestión de segundos. - Dile a tu padre que yo sí puedo postular. - No me atrevo a darle un mordisco, no hasta que él decida invitarme.

- Hazlo. Sé que te va a encantar. - Mis 15 años de existencia no tienen sentido, no hasta ahora.

Doy un pequeño mordisco a la pequeña paleta de chocolate. El sabor es inexplicable. El sabor del chocolate es magnífico. No entiendo como he podido vivir toda mi vida sin probar esta delicia.

Pequeñas cosas como estas están completamente prohibidas o en todo caso ya no existen en el Arca.

- Es delicioso. ¿Qué tengo que hacer para que sea mío? - Digo con un tono bromista.

No escucho su risa, volteo y lo observo mirando pensativamente el techo.

Antes de confesarle que fue una estúpida broma, él habla.

Empty Space - Bellamy (The 100) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora