Al llegar a la corte comienzo a caminar por los pasillos sintiendo la euforia del momento.
Le dije al guardia que quería estar sola he iría a mi habitación a descansar. Este pareció creerlo y se alejó de mi en el recibidor. Ahora estando completamente sola puedo ir a la habitación en busca de Bash.
¿Qué estoy haciendo? ¿Estoy pensando siquiera?
Toco la puerta un par de veces y espero. No fue mucho tiempo pero pareció eterno. Aunque estaba decidiendo si irme y fingir que nunca estuve aquí. Es muy temprano. Mirari y yo salimos antes del amanecer, queriamos ver el alba y comer algo juntas. Pero él pronto tendría que ir a trabajar, ¿no? No creo haberlo despertado.
La puerta se abre y me deja ver a un sonriente joven, con el cabello revuelto y la camisa blanca desarreglada. Al verme parece sorprendido y se esconde un poco detrás de la puerta.
-¡Mi reina!
¿Qué no me llamaba Elissa?
Miro en ambas direcciones por el pasillo y me aseguro de que no haya nadie viendo.
-¿Puedo pasar?- pregunto.
-Eh...
Lo miro dudosa-¿Todo bien?
Sebastian sale de la habitación y cierra la puerta detrás de él. Me obligo a dar un paso hacia atrás para no estar tan cerca uno del otro.
-No es seguro que estés aquí- murmura.
-No es seguro que esté en ningún lado, mucho menos contigo.
-En los pasillos hay guardias, podrían...
Pero antes de que termine de decirlo se ve interrumpido por la puerta abriéndose. Una joven castaña, delgada y mucho más alta que yo, sale de la habitación.
Me mira y luego mira a Bash.
-Eh...- se ve nerviosa- Yo ya me iba, majestad.
Hace una pequeña reverencia y se da la vuelta.
-¡Laila!- la llama Sebastian.
Laila finge no escucharlo y sale casi corriendo del lugar.
-Ve a buscarla, no te interrumpo más.
Intento irme pero Bash se coloca frente a mi y me toma por los hombros.
-¡No!- se queja y se rasca el cuello con incomodidad- Elissa, escúchame.
-No tengo nada que escuchar, ve tras ella.
Y es cierto. Ni siquiera debería estar aquí, no debí recibir sus cortejos tampoco, debí pedirle que me dejara en paz porque soy una mujer casada. Él debería estar en busca de doncellas como Laila.
-¡No, no! ¡Escúchame!
No quiero seguir frente a él. ¿Cómo puede ser que me haya afectado tanto? ¿Sentía algo por él acaso?
¿Pero que pensabas, Elissa? ¿Qué podías estar con él? Estas casada con el rey. Eso jamás se te perdonaría, ni por el rey, ni por nadie en esta corte. Mucho menos por el Vaticano. Además, ¿quién podría enamorarse de una mujer como yo? ¿Por qué querrían algo de mi que no sea físico? Todos los hombres tienen la misma idea en la mente y es que ninguna mujer debe reprender a sus ideas. Que nadie más que ellos son fuertes e inteligentes.
Tal vez es cierto. Me dejé llevar por lo que sentía cuando estaba con él y me cree una ilusión que nunca debió existir.
-Tengo que irme.
-No es cierto- responde tomando mis manos evitando que siga caminando- Por favor quédate. Venías por algo.
Niego-No, cambié de opinión.
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Perfecta creación
Fiksi Sejarah¿Eres fiel a tus ideales o a tu rey? ¿Qué soportarías para proteger a los que amas o incluso a ti misma? ¿Hasta donde llegarás antes de romperte en mil pedazos? Sara, una mujer que vive en 1912 se encuentra encerrada en un manicomio relatando su vi...