Corazón Valiente (Novela De Michael y tú)

Capítulo 10: "¿Bailarías Conmigo?"

Estaba en la barra bebiendo una copa de vino, porque ya me había aburrido de tomar agua. Sé que no debo de tomar en horas de trabajo, pero un copa no le hace daño a nadie. Estaba deleitando el vino hasta que alguien me interrumpió.

-¿(Tn)? - me miró de pies a cabeza.

- Hola, Francesco - sonreí.

- Nunca te había visto en esas fachas - beso mi mejilla.

- Claro que si - dije - en el aniversario de la agencia.

- Claro, lo recuerdo - rascó su mejilla - me resbalé cuando subí al escenario.

- Fue muy gracioso - reí.

Conversábamos de muchas cosas más, entre ellas me vengo a enterar que es guardaespaldas de Janet, la hermana de Michael.

- Cuándo iba a su casa nunca te veía - dije extrañada.

- Porque me escondía en la caseta de seguridad - sonrió.

- Te pasas - le di un golpecito.

- ¿Y Will? - preguntó.

- Es encargado de la seguridad, se quedó en la casa - bebí de mi copa.

- Oh que bueno - sonrió - Emm... me está pasando algo que no debería - se sentó a mi lado.

- No me digas, ¿Te enamoraste de Janet? - lo miré.

- Si - jugó con sus dedos.

- ¿Y ella lo está de ti? - lo miré.

- No, sólo me ve como un amigo - agachó su cabeza.

- Tú sabes que no debe de ser - choqué con la mirada de Michael - por más que tu corazón quiera salirse cuándo estás cerca de él y qué sus ojos te hechicen cada vez que los ves o cuando cierras tus ojos te imaginas una vida con él - se acercaba a nosotros - pero chocas con una pared y te hace volver a la realidad. Hola Michael - sonreí.

- Hola, (Tn) - sonrió - Hola, Francesco - le dió la mano.

- ¿Me buscabas? - terminé mi copa.

- Si - crazo sus brazos.

- Bueno, los dejo - se puso de pie - fue un gusto volver a verte - beso mi mejilla.

- Igualmente - tenía la mirada de Michael.

- Adiós, Michael - se fue.

- ¿Lo conoces? - se sentó en dónde estaba Francesco.

- Claro, es amigo mío, estamos en la misma agencia - sonreí.

Pasó unos segundos y una canción lenta sonó, todo fueron a la pista con sus parejas. Michael se puso de pie y me extendió la mano.

- ¿Bailarías conmigo? - sonrió.

- Sabes que no pue... - cogió mi mano y me llevo a la pista.

- No me dejaste responder - dije seria.

- Me ibas a decir lo mismo que ya sé - sonrió.

- Que bueno que lo tengas presente - apreté su nariz.

Michael puso su mano en mi cintura y una corriente corrió por mi espalda. Nos movíamos al compás de la música, lo bueno que era lenta. Michael tenía su mirada puesta en mi y evita cruzar con la de él. Todos nos miraban y eso no me gustaba, soy muy profesional y lo que estoy haciendo va en contra de las normas, me alejé.

- No puedo - salí de ahí.

El pasillo me llevó a una linda pileta que era iluminada por la luz de la luna, habían flores de todos los colores y de todos los tamaños, era el lugar perfecto para pensar.