Pity Party || TaeKook || One-Shot

《Única Parte》

Primero de Septiembre. Un día sin importancia para muchos, para otros es un día triste, feliz o hasta un día único e increíble. En el caso de Jungkook no era un día muy especial.

A pesar de que este día era su cumpleaños, él no lo sentía como tal.

En la mayor parte de su vida, su cumpleaños ha sido algo espantoso, un recuerdo que preferiría olvidar.

Cuando tenía 7 años sus padres murieron en un accidente automovilístico mientras volvían con el pastel de cumpleaños del pequeño Jeon. Dejando a los hermanos Jeon a cargo de sus tíos.

Jennie, su hermana, luego de aquel accidente comenzó a cambiar. Comenzó a alejarse de su castaño hermano para luego negar que eran hermanos frente al resto del mundo, diciendo que su apellido era Kim -apellido de sus tíos- y que ella era solo prima de él. Pero la gota que rebalsó el vaso fue cuando a sus 15 años Jungkook se declaró homosexual, justo el día de su cumpleaños.

A pesar de que durante varios años sufrió bullying por ser huérfano y, luego, por ser homosexual, Jungkook estaba decidido a hacer una fiesta de cumpleaños por sus 18 años.

Quería hacer algo especial, intentar olvidar los malos tiempos y crear nuevos recuerdos. Ahora que sería mayor de edad podría pagar un departamento con el dinero que tenía de la herencia de sus padres, si es que su hermana no lo ha gastado; además de poder independizarse de sus tíos, por alguna razón tampoco lo querían.

Es por todo esto que el pequeño castaño analizó lo que a los jóvenes de hoy en día les gustaba. Sexo. Alcohol. Marihuana.

Okay... Tal vez Jungkook solo les podría brindar alcohol.

✨

Una vez tuvo todo organizado, mentalmente, se decidió por hacer unas tarjetas de invitación.

Su letra era pulcra y delicada, totalmente legible. En cada punto, dentro de las palabras que había puesto en inglés, agregaba un pequeño corazón. Su hermana se burlaba de él porque decía que parecía una niña, pero él no lo veía así, Jungkook creía que le daba un toque delicado y tierno.

Y en la misma mañana de su cumpleaños, dejó en el banco de todos sus compañeros su tarjeta de invitación. Cada una era única y diferente, variante en colores, formas y hasta en lo que decía.

Jeon no quiso ver cuándo sus compañeros llegaron, no quería saber si veían su invitación o si simplemente la ignoraban, tirándola a la basura. Quería, por una vez, pensar que este cumpleaños sería diferente ¡Hasta anotó que iba a haber alcohol!

✨

Aquel hogar perteneciente a sus tíos se encontraba perfectamente ordenado y decorado por el mismo cumpleañero. Sus tíos estaban ausentes como siempre en esa fecha, iban a tomar unas vacaciones ignorando completamente el cumpleaños del menor.

La sala era amplia, luego de mover el sillón y la mesa ratona logró hacer aún más espacio. En las paredes había pequeñas guirnaldas de colores pasteles, algunos recortes de papel que luego tardaría en quitar y globos de diferentes colores. Además, en la mesa donde habitualmente se encontraba un televisor, había una gran cantidad de dulces y aperitivos.

Todo esto lo había conseguido con su propio dinero, aquel dinero que obtenía haciendo caridad a centros necesitados. ¿Qué? Amaba ayudar a la gente.

Sin contar que el se encontraba vestido hermosamente con una camisa blanca algo suelta, pero que a la vez se amoldaba a su figura, marcando su cintura; una campera de cuero y unos pantalones negros algo ajustados, roto en una de las rodillas; además de vestir unos lindos zapatos, negros también. Que no se note que su color favorito era el negro.