Capítulo ocho

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Me desplazo hasta el del pasillo, donde se encuentra la dirección, según tengo la información que me brindaron cuando se realizo el levantamiento del edificio, al llegar a la puerta negra tocó por educación y desde adentro puedo escuchar de manera clara un "adelante" de quien es el director.

En cuanto ingreso, el hombre en el interior me señala el asiento de manera amable, atentamente se dirige hacia a mi.—Joven Miller, llega justo a tiempo—sonríe el hombre mientras saca un par de documento de uno de los cajones del escritorio—El príncipe ha mandado todo lo necesario, espero que usted esté muy agradecido con él y no cause problemas—Advierte de manera severa el director, desde el momento en que menciona esto ultimo, todo tiene sentido, su gran amabilidad y cortesía.

Todo es completamente falso.

—solo necesito su firma y el traslado estará concluido—desliza el documento hacía mí y me tiende una pluma.

Tomó la pluma entre mis manos, juego con ella pasándola entre mis dedos mientras leo el papeleo, al estar seguro de que está en orden colocó mi nombre, el nombre que me he inventado.

—Bienvenido joven Miller. Siéntase como en casa, aquí nos encargaremos hacerlo sentirse a gusto.—cortésmente señala la puerta, claramente quiere que me valla, no me esta invitando a irme, me esta corriendo por la forma en la que me mira—preséntese mañana. Su dormitorio estará en la planta 3, habitación 400.

Hago una corta reverencia por educación a su puesto y debido a que debo mantener un perfil lo más bajo posible—claro, señor director—menciono con una sonrisa forzada y salgo de la habitación.

Infiltración

El primer paso esta realizado.

Ojos curiosos dónde sea, no hacen nada más que observar como si hubiesen visto a una presa, detesto la forma en la que miran, es totalmente incomodo.

"Ángeles y Demonios no pueden estar en la misma casa"

Y si ustedes tanto afirman, se comportan, incluso tratan a otros como lo haría un ángel de verdad, entonces tengo como responsabilidad la tarea de eliminarlos.

—Se han vuelto enemigos entonces.—murmuro lo más bajo posible sin que nadie pueda escucharme.

Ellos no van a ser capaz de reconocerme.

Inclusive si ellos con anterioridad vieron mi rostro después de quitarme la mascara, gracias a que puedo modificar mi apariencia nunca me van a identificar. También tengo certeza que si fuera mi rostro real el que vieran tampoco me reconocerían, los únicos que lo vieron fueron los que estuvieron presentes el día de la presentación y a esta solo a sitio gente importante, lideres y demonios mayores.

Así que dudo cualquier otro ajeno a haber estado en este sitio pueda reconocer ese rostro.

Cada batalla fue detrás de una mascara, cada decisión tomada y plan estratégico entregado fue con ella, sin revelar el rostro, para mantener el imperio a salvo intente controlar, gobernar desde las sombras.

Todo fue por el cuidado de quienes habitan en mi infierno.

Narradora:

Los pasos del joven se alejaron poco a poco de aquella habitación, paso a paso que se alejo nunca dejo de ser observado por otros hasta el momento en el que se perdió al subir las escaleras en busca de la habitación que le otorgaron.

Encontrar su habitación no fue tan complicado, el sistema de acomodamiento de habitaciones le facilito el trabajo. Cuando la encontró, Jordán entro a la habitación, solo fue en ese momento en que noto que la habitación era compartida con otros dos jóvenes, estos que se encontraban en el interior de dicho recinto se limitaron a verlo, uno se encontraba serio mientras que él otro joven le regalo una sonrisa a Jordán.

—Te vez del tipo que causará muchos problemas—murmuro el chico que se encontraba serio, pero riéndose esta vez, luego menciono—Intenta, no ocasionar muchos.—y tomo un libro que se encontraba en su cama.

El otro chico rápidamente se presento—Un gusto conocerte—menciono acercándose y extendiendo su mano—Soy Martinez—Jordán y el estrecharon sus manos, después este chico señalo al otro—El es Rivers, y tú eres Miller, ¿cierto?

pregunto, sin esperar que Jordán se presentara, el joven parecía tener información que no debería tener, ya que nunca se habían visto, él único que tenia acceso esa información debería ser el director.

A pesar de sus dudas, Jordán no dijo nada, solo asintió ante la pregunta del joven mientras se acercaba a la cama que se encontraba vacía y se dejaba caer sobre ella.

Ademas de esa duda, tenia otra y esta seguramente seria fácilmente respondida.

—¿Porque se hablan por sus apellidos?—cuestiono mostrando confusion el príncipe—¿Existe algún motivo en especial?

El chico que estaba leyendo levanto la vista del libro y se empezó a reír ante la ingenuidad que fingió mostrar Jordán, por otro lado Martinez de manera amable comenzó a explicar la situación—Puede parecerte estúpido, pero en un lugar como este debes ser precavido.—susurro en voz un tanto baja—Mas allá de lo que se puede notar, hay quiénes se deshacen de nosotros, se creen superiores. ¿No te lo has preguntado? ¿Por qué la escuela tiene dos alas? ¡Es obvio!—respondió soltando información.

Sin embargo, Rivers al escuchar la información que dio este otro chico rápidamente le corto las palabras—CALLATE—grito y se levanto de golpe, abrió la puerta y la cerro estrellándola, el sonido fuerte termino sobresaltando a Martinez.

Un silencio enorme inundo la habitación y un paranoico Rivers comenzó a buscar por todos lados.

—No estábamos solos, alguien estaba aquí.—respondió ansiosamente mientras se removía incómodo de un lado a otro—esto no había ocurrido. ¿No estarás con ellos?—le cuestiona en estado alerta en extremo.

Jordán entiende claramente lo que este quiere decir, el también fue capaz de sentir la presencia de la otra persona cerca de la habitación, algo raro esta sucediendo en el sitio, lo que menciono el otro chico le hace saber a la perfección que esta situación ha estado así durante hace bastante tiempo

Rivers lo acusa sin prueba alguna de serlo, sin embargo entiende el punto del joven.

«traidor»

Básicamente eso gritan los ojos del joven.

El príncipe del Inframundo[#4]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora