—No... verte —balbucea en un intento de decir una frase con coherencia, pero no le sale.
La cojo de la mano para que no se caiga. Ella aprieta los labios con fuerza y sus mejillas se empiezan a hinchar. De repente, se agacha. Por desgracia, puedo comprobar que ha bebido bastante. El sonido es repugnante y del olor mejor ni hablar. Paso una mano por su espalda y sujeto la trenza que lleva hecha para que no se manche.
—Te odio —murmura.
Noto cómo su cuerpo pierde fuerza. La atrapo antes de que caiga sobre su vómito.
Con cuidado, la meto en el coche. No sé qué hacer o a dónde ir. Se me ocurre llamar a Abby, su amiga, pero no tengo su teléfono. ¿Por qué le habrá mentido? Yo no he hablado con ella en ningún momento y menos la he pedido que viniera.
Arranco el coche y echo un vistazo al asiento de al lado donde Marnie ronca con fuerza. Se me escapa una sonrisa. Alzo la mano y le retiro el mechón pelo que tiene sobre la cara.
Una punzada en el estómago me recuerda que estamos peleados. Fui un completo gilipollas y no sé qué hacer para disculparme. He estado evitándola todos estos días porque me aterra pensar que la he perdido. Lo sé, no tiene sentido.
Avanzo por la calle en dirección al único lugar que se me ocurre: mi casa. Mi madre ha vuelto, por lo que procuro no hacer ruido cuando abro la puerta con Marnie sobre mi hombro. Esta se queja cuando bajamos las escaleras y, al moverse, se golpea con la barandilla en la cabeza.
—Si quieres que te baje tienes que estarte quieta —le pido cuando empieza a golpearme la espalda. Para estar borracha tiene bastante fuerza.
Deja caer los brazos. Me agacho y la coloco sobre la cama. Vuelve a quejarse, pero acaba tumbándose en la cama.
—No quiero verte —gruñe tapándose la cara. Parece un oso perezoso arrastrando las palabras.
—¿Para qué has venido a la fiesta?
La ayudo a incorporarse y sus ojos marrones se clavan en mí con somnolencia.
—Ojalá fueras...
Contiene el hipo y hace un puchero.
—¿Fuera...?
Se vuelve a dejar caer en la cama. ¿Qué estaba a punto de decir? Suelto el aire con fuerza y me levanto para ir al baño. Me froto la cabeza con impaciencia.
—No sé qué coño hacer contigo —le digo a mi reflejo y no sé si hablo sobre ella o sobre mí mismo.
Abro el grifo y me mojo la cara con agua helada. Después, saco una toalla pequeña del armario. Miro hacia mi cama. Marnie sigue tumbada con una mano sobre la cara. Ojalá no estuviésemos peleados. Hay tantos ojalás que me gustaría borrar.
Camino hacia ella y dice algo ininteligible cuando la levanto de la cama en contra de su voluntad.
—Los traidores deberían ir a la hoguera —murmura mientras caminamos de nuevo al baño y me golpea repetidas veces con su dedo índice en el pecho—. Eso sí que sería justo y no lo de las brujas.
Parece que está mejor, al menos ya no tartamudea.
La siento sobre la taza del váter. Mojo la toalla, me agacho para estar a su altura y se la paso por la cara. Se queda quieta cuando las gotas frías tocan su piel y sonrío al ver su reacción.
—Te estoy quitando el maquillaje —la explico antes de que hable. Puede que no se vaya a acordar de lo que le voy a decir, aun así continúo tras aclararme la garganta—. Estás particularmente preciosa con él, pero sé que mañana me lo agradecerás.
Continúo pasando la toalla por su rostro prácticamente desnudo. Ella cierra los ojos y noto cómo le cuesta tragar saliva.
—Marnie, yo... Lo siento —vuelvo a abrir la boca y no sé si se ha dormido o me ignora. Entonces abre los ojos. Sus labios se curvan hacia arriba y no puedo evitar mirarlos más de la cuenta. Ella suspira, soltando el aire con lentitud—. Cuando estés mejor hablaremos.
Se incorpora hacia delante y su boca roza la mía con suavidad. Mi estómago se encoge y se expande, haciendo que todo mi cuerpo se sienta en como en una montaña rusa.
No quiero besarla así. No sabiendo que mañana no habrá ocurrido nada para ella. Quiero que sepa que la quiero.
Me separo a regañadientes y me levanto. Ella se coloca a mi altura y vuelve a besarme. Me obligo a apartarme de nuevo.
—Quiero —murmura entre mis labios y sus manos van hasta su ropa. Se baja los pantalones hasta los tobillos.
Está borracha.
—Marnie, tienes que descansar. Mañana...
Maldita fuerza de voluntad, aparece, porque no sé si voy a ser capaz de no responder a sus besos. Me siento en un sueño, pero se está convirtiendo en una pesadilla. Tomo aire y coloco mis manos sobre sus hombros. Ella gimotea y asiente.
—Mañana tenemos examen —dice sin venir a cuento y trato de contener la risa.
Sé que no va a insistir así que la acompaño a la cama y la doy una de mis camisetas. La queda enorme. Joder, está muy sexi con el pelo despeinado y mi ropa sobre su cuerpo. Se deshace la trenza y se mete en la cama sin decir nada. La ofrezco un vaso de agua. Sonríe tímidamente y se lo bebe entero.
Mientras me quito los zapatos ella se remueve bajo las sábanas. Me giro hacia ella y me tumbo a su lado sin meterme dentro de la cama. Me mira entre largos pestañeos. Vuelve a contener un hipo y luego habla:
—Ojalá tú fueras Skyhitter.
Su respiración lenta me indica que se ha quedado dormida. Sin embargo, yo no podía estar más despierto. He escuchado bien. Ha dicho ese nombre. Miro hacia el techo, pensativo y saco el teléfono. Tecleo hasta que busco lo que encuentro. Analizo intermitentemente su rostro y mi pantalla. Todo cobra sentido.
Es ella. Marnie. Lioness.
Bloqueo el teléfono y me giro para observarla con el pecho ardiéndome de emoción. Ahora sí tengo un objetivo claro: tengo que conquistarla cueste lo que cueste.
*****
Ay mi Wade, le daría un abracito muy fuerte si pudiera... <3
Quiero aclarar que esto ocurre en el capítulo 25 cuando Marnie va a la fiesta y se emborracha.
¿Os ha gustado el extra?
¡Nos leemoss beibiss! ❤
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Conquistando al chico de mis sueños © |COMPLETA|
Teen FictionEllos le harán creer a todo el mundo que son novios para conquistar a las personas de sus sueños. Pero... ¿se puede fingir el amor? 🏆 GANADORA DE LOS WATTYS 2020 - NOVELA JUVENIL _______ ↠ Portada diseñada por @imfleurie (en IG). ↠ Obra registra...