Treinta y seis

845 53 7
                                    

Dos semanas de mi “pelea”, enojó con Peter. Ya era tiempo de perdonarlo, claro que se la hice difícil, todos lo cargaban, pobre, nah! Que pobre, se lo merecía por tonto, por almorzar con la estúpida de su ex, que era una nenita caprichosa.

Estábamos tomando tereré, mi bebida favorita en el verano por las tardes, ya estaba en mi cabeza como hacerle el cumpleaños número cuatro a mi hija, Peter adelantado como siempre me dijo de hacerle en un salón de fiestas así puede invitar a sus amiguitos, yo dude porque siempre fue muy familiar, pero estaba buena su idea, igual faltaba un mes pero me encantaba organizarme desde mucho antes sino dejar todo a último momento no daba y se me iban las ganas de todo.

—Hija, de que temática querés tu cumpleaños?—dije mirando a mi niña, estaba coloreando un nuevo cuaderno que le regaló Peter en cuánto vió que se le acabó el anterior que tenía.

Mi hija tenía más regalos de mi novio, que yo. Lo amo tanto por querer tanto a mi hija, en estos días recibí noticias de tribunales, por ahora él no tenía permiso de ver a mi hija, mucho menos cuando supieron sobre el “leve” secuestro. Peter nunca me deja sola, a veces no sé si es porque me quiere mucho o porque está solo en su casa.

—Quiero de la granja de Zenón—dijo mi niña. Mañana me iba a cambiar de idea, pero bueno.

—Vos que decís?—Pregunte a Peter, estaba jugando al candy crush en la tablet.

—Te dije que le festejemos en un salón, o de última en casa mi amor—dijo sin mirarme, estaba muy concentrado que me daba ternura.

—En tu casa?—Pregunte, como si no estuvieramos acá.

—Si mi amor, mira puede invitar a las personas que quieras. Mi casa, es tu casa y de ella—dijo tranquilamente, acaso mamá y papá me lo habían enviado por algo en especial? Por qué no pude elegir mejor jefe, novio y padrastro para mi hija.

Aunque padrastro suena feo, mejor novio de mamá.

—Puedo meterme a la pileta?—dijo Allegra, yo asentí.

—En la orilla Alle, no te vayas a lo profundo—dije mirándola.

—Amor, ella sabe nadar—dijo Peter.

—Igual, tiene que tener cuidado. No estamos con ella—dije mirando a Allegra, mientras bebía el tereré.

—Sabes, me cansé—dijo sacándose los lentes y dejando la tablet.

—Hace media hora estás así—dije riéndo.

—Por dios, que hermosa que sos—dijo dándome un beso, en que momento se paró y me besó? Lo amo tanto.

—Vos no te quedas atrás mi vida—dije sonriéndo.

—Te amo mucho—dijo mientras me daba besos en el cuello, yo aún miraba a Alle, estaba concentrada en el agua.

—Yo también, mucho—dije sonriéndo.

—Comemos algo rico?—dijo dándome un beso, asentí.

Fue a la cocina, y de allí volvió con salame y queso, de dónde sacaba? Realmente yo inspeccione la heladera, mueble dónde hay siempre comida y no lo ví, como puede ser posible? Quiero mucho a este hombre, esté si que sabe cómo complacerme, dejo la picada ahí sobre la mesita y volvió con un vaso bastante grande y ahí contenía FERNET! Oh sí, es el amor de mi vida.

—Sos el mejor del mundo entero, sabías?—dije sonriéndo.

—Si, y vos también—dijo sonriéndo.

Al rato, Alle se sumo a nuestra picada. Estaba como siempre feliz y riendo a carcajadas junto a Peter, se llevaban espectacular, a veces me preguntó en dónde estuvo esté hombre toda mi vida, quién cuida y me ama como ninguno me amo así, como él demuestra todos los días que pasamos juntos, el amor hacia Allegra se nota todo el tiempo, nunca me imaginé que alguien quisiera a mi hija tanto como yo lo hago. Él la quiere como si fuera su propia hija, yo sé que sí.

I'll make this feel like home✨💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora