Un hermoso amanecer comenzaba a iluminar la bella ciudad de Venecia y en la habitación de un hotel un chico de cabello rizado comenzaba a despertar al sentir unos besos recorriendo su espalda desnuda ya que habían hecho por primera vez el amor como esposos. Sonrió al darse la vuelta y ver a su esposo.
-Buenos días Tahi- dijo Temo acostándose a un lado de él para verlo de frente.
-Buen día mi amor, ¿cómo dormiste?- dijo Ari sonriendo.
-Pues después de la hermosa noche que pasamos dormí de maravilla contigo.
-Yo también dormí de maravilla contigo, mi hermoso esposo.Temo se dio vuelta mirando el amanecer por la gran ventana de la habitación y Ari lo abrazó por atrás. Había completo silencio pero buena compañía de los dos esposos y miradas llenas de amor.
-Se siente bonito ser al fin tu esposo- dijo Temo acariciando la mejilla de Ari.
-Yo nunca imaginé que llegaría a encontrar el amor tan joven porque eso no me interesaba en aquellos tiempos, pero todo cambió hasta que te conocí- dijo Ari-. Tú me haces feliz porque sé que fuiste hecho para mí porque sin saberlo te convertiste en el amor de mi vida.Temo se subió encima de Ari y acercó su rostro para besarlo, le encantaba que Ari fuera tan cursi con él pero eso fue lo que lo enamoró desde que eran jóvenes.
-Te amo Aristoteles Corcega de López.
-Te amo Cuauhtémoc López de Corcega.Aunque quisieran seguir acostados ya tenían que levantarse para ir a desayunar y continuar disfrutando de su luna de miel.