family friendly ; wayv/nct

introducción.

La puerta principal de la residencia Wong Qian resonó al ser cerrada con fuerza, de trataba de uno de los padres.

– ¡Reunión familiar! –gritó dejando su saco en uno de los sofás del living.

Cada integrante de la familia llegaba uno por uno, primero llegó el más chiquito de todos dando saltitos ya que había sido un buen día para él. Luego llegó el otro padre la familia con sus anteojos puestos, probablemente haya estado leyendo algo. Por último, el mayor y el del medio llegaron a la mismo tiempo peleando por un chocolate.

– ¡Es mi chocolate! –Yangyang agarraba el chocolate como si su vida dependiera de eso.

– ¡Yo me lo encontré en el comedor y no había nadie ahí! –Sicheng le sacó la lengua al menor.

Los tres restantes veían la escena cómica, los dos hermanos ya estaban uno encima de otro peleándose por un chocolate casi derretido. Kun separó al par con dificultad, Yangyang estaba a nada de morderle el trasero a Sicheng, por suerte lo detuvo, no quería llevarlo al dentista luego de quedarse sin otro diente por la misma situación. Cuando logró separarlos tomó el chocolate y lo partió para repartirlo en los cinco integrantes de la familia.

– ¡Papá! –el par hizo berrinche al ver su preciado chocolate en las manos del menor de la familia quién tenía el pedazo más grande y los veía con una sonrisa burlona.

– Shhh. –calló su otro padre–. Tengo noticias familia.

Todos lo miraron expectantes, había hecho una pausa para aumentar el suspenso, sabía que sería una noticia bomba.

– Nos mudamos a---

Lucas esperaba poder terminar su frase pero ya los menores estaban haciendo fiesta junto a Kun. ¿Kun estaba bailando con Yangyang bachata?

– ¿A dónde? –soltó Chenle.

– Seguro nos vamos para esa casa en venta cerca de la escuela, estoy cansado de caminar una hora hasta allá. –soltó Sicheng.

– Oigan...

– Nah, seguro nos vamos más para los suburbios donde puedes caminar sin que un camión te pise. –Yangyang había dejado de bailar para mirar al horizonte, el niño tenía experiencias raras.

– ¡Imagínate una casa con piscina!

– Niños...

– ¡Con jardín!

– Hey...

– ¡Adiós departamento!

Kun que observaba todo en silencio sabía que había gato encerrado al ver a su pareja nervioso sin poder terminar sus palabras, sus hijos solo estaban soñando con una casa como de las películas.

– ¡Con tobogán y una fuente de chocolate!

– ¡SILENCIO! –el grito de Lucas asustó a los menores y rápidamente se sentaron los tres juntos mirándolo—. No nos vamos a mudar a la casa esa cerca de su escuela.

Sicheng hizo una mueca, otra vez tendría pie de atleta de tanto que caminaba.

– Sí iremos a los suburbios.

Yangyang festejó en silencio y planeando utilizar su patineta sin miedo a ser pisado por un camión.

– No tendrá un tobogán ni una fuente de chocolate.

Chenle hizo un puchero, él quería su tobogán para tirar a sus hermanos por ahí cuando lo molestarán o por simple diversión.

– Nos iremos a la misma Corea del Sur, me trasladaron. –hizo una pose de superhéroe evitando la mirada de su familia.

El silencio se hizo presente, Kun se quitó los anteojos para masajear su frente, Chenle le había dado un golpe de la sorpresa.

– ¿En cuanto tiempo? –soltó tranquilo, Lucas temía por su vida.

– Tres días...

– ¡TRES DÍAS! –ésta vez fue Sicheng que se paró y corrió en círculos– ¿CÓMO ME LIGO A MI CRUSH EN TRES DÍAS?

Chenle se reía de la desesperación de su hermano, pasó su mirada a Yangyang que estaba tieso como roca y le propinó un golpe para que reaccione, lo cual logró.

– Engendro de sat---. –la mirada de su papá Kun lo hizo callar— de Saturno. —le sacó la lengua.

Mientras Sicheng seguía llorando por su vida amorosa, Yangyang y Chenle empezaban una pelea con Lucas separándolos, Kun habló.

– ¿Alguien sabe coreano?

– ¿Kansamida? –preguntó Sicheng.

Oh, se irían a Corea y no sabían ni saludar en el idioma. Estaban acabados.