Capítulo 3: Recordar

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Después de que mi prima pusiera en su lugar al enano del casero nos dispusimos a tomar un té con galletas mientras platicábamos de lo que nos ha pasado últimamente. Tenía casi dos años sin ver en persona a mi prima y me emocionó mucho saber que ahora vivirá más cerca y podremos vernos más seguido.

Entonces ¿Aún no tienes galán Ellie? Si quieres te puedo presentar a un amigo de Australia, es muuuuuy...

– No gracias Nadja, sabes que por ahora no estoy interesada en situaciones amorosas o cosas así. – me apresuré a interrumpirla antes de que sacará su lado "diablo tentador" como le digo a mi hermano Ban.

– Algo te preocupa. Y no creo que sea el comentario que hice ¿Qué te pasa?

– Me volvieron a despedir, ya es la quinta vez... ¡No entiendo porqué no duro tanto en un trabajo! ¿Qué será lo que estoy haciendo mal? – de tan solo pensarlo mis manos fueron a dar a mi cabeza involuntariamente.

– No es tu culpa que te corrieran. Mírame a mí, el único trabajo que tuve lo obtuve gracias a mi ex-novio. – lo dijo mientras tomaba té muy despreocupadamente.

– Querrás decir esposo. No lo vaya a malinterpretar la gente.

– Tranquila es un juego que tenemos entre nosotros, pero ya en serio, deberías abrirte a nuevas oportunidades ¡No todo es trabajo! – me dijo exagerando con las manos – ¿No piensas volver a estudiar?

– ¿Qué? No claro que lo deseo pero... Ahora hay alguien que depende de mí. – Cuando nació Arthur... Entendí que mientras el me necesitara yo tenía que dedicarme en cuerpo y alma a él y más sabiendo lo de su... Génesis. – Primero quiero que mi hijo crezca en forma y correctamente, ya después volveré a mis estudios.

– No crees que deberías pedirle pensión al mal nacido de...

– ¡NO!

No podía dejar que pronunciara a ese hombre, cada que lo nombraban me dolía el pecho de tan solo recordarlo.

– Si no lo quiso antes no pienso buscarlo ahora ¡Yo también tengo orgullo y no me pienso rebajar por una pensión! – estaba al borde del llanto, las manos me temblaban pero ¿qué podía hacer para olvidar?

– Perdóname Eli por favor, no era mi intención ponerte mal. Por favor perdóname.

– No es tu culpa – le contesté con mi mirada baja y aún derramando algunas lágrimas. – Yo fui la tonta que aceptó cambiar su vida por una ilusión falsa de jóven adolescente.

– Me gustaría poder ayudarte en algo. – de su bolso me dió un pañuelo y yo me limpié las saladas lágrimas del rostro.

Después de ese momento intentamos cambiar la plática y evadir el tema. Cuando ví que ya era hora de recoger a Arthur a la escuela, Liz me acompañó a la mitad del camino y se marchó en dirección contraria.

– ¡Hasta luego Liz!

– ¡Te veo pronto prima! ¡Saluda a todos de mi parte!

Seguí mi camino a la escuela y volteo a ver a Liz por última vez pero ya estaba hablando con alguien por celular así que no le volví a llamar.

Natsu no taizai "Hermosa Razón"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora