Prometí no enamorarme {Drarry}

Que amistad tan corta

Se quedaron en silencio hasta que apareció la señora del carrito.

-¿Queréis algo del carrito niños?

-No gracias.

-Yo una rana de chocolate por favor.-Harry compró la rana y la señora del carrito se marchó. -¿Quieres la mitad?- Preguntó Harry.

-¿Qué? ¡No!

-Vamos, ni que estuviese envenenada.

-Te he dicho que no, Potter.

-Agh, que berrinchudo eres.-Comenzó a comer la rana de chocolate cuando divisó Hogwarts a lo lejos.- Mira, estamos llegando.

-Wow, ¿enserio? Tengo ojos para verlo idiota.

-Ya entiendo porque nunca fuimos amigos.

-¿Por que eres idiota?

-Porque eres grosero.

-¡Eso no es cierto!

-Sip, si lo es.

-¡Que no!

-Sigue negándolo, Malfoy, pero no va a cambiar nada.

-Que amistad mas corta.

-¿Enserio? Bueno, ha sido la amistad mas extraña que he tenido hasta ahora. 

-¡Lárgate Potter!

-Vale. Adiós.-Y se fue sin más. Volvió al vagón donde estaban los otros, estaría de pie si eso significaba no estar con el idiota de Malfoy. 

-¡Harry!-Ginny lo abrazó y lo beso.

-Amor, tan solo he estado un rato sin ti-rio Harry.

-Lo sé, ¿pero acaso no puedo besar a mi novio?

-Claro que puedes, por mi no hay problema.-Ginny se estaba acercando para volver a besar a Harry cuando se oyó una voz.

-Cof cof-tosió Ron falsamente.-Iros a una habitación.

-¡Ronald! Déjales, ya están grandes.-Susurró Hermione. En un momento, se oyó un silbato, el cual avisaba que ya había finalizado el trayecto. Habían llegado a Hogwarts.