¡Bienvenido a los Jóvenes Titanes!

Capítulo II- Trato

Espero les esté gustando la lectura, no olviden darle like a mi página de facebook "Yarezzi Phantom Grayson" puesto que ahí subo dibujos inspirados en mis fics. ¡Qué tengan buen día!

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Despertarme no era el mejor momento del día, sobretodo porque lo hacía muy tarde debido a lo difícil que era dormir y a las interminables pesadillas sobre el pozo y mi resurrección. ¿Cuánto tardaría en superarlo?, ¿tendría que vivir por siempre con esta sensación de vacío en el pecho?

Levanté mis brazos y moví mi cuello a los lados esperando que mi cuerpo estuviera listo para ponerse de pie. Caminé hacia la cocina de mi pequeño departamento y al notar que no había casi nada de comida en el refrigerador me dispuse a ir al supermercado para conseguir la despensa. Tomé una de mis sudaderas negras favoritas, un pantalón deportivo y los tennis que solía usar como civil, además agarré el paraguas que solía colgar en el perchero de la entrada puesto que había escuchado sobre fuertes probabilidades de lluvia hoy por la tarde.

El día estaba nublado, eran cerca de las tres de la tarde y había muy pocas personas en las calles de la ciudad. El supermercado estaba a algunas cuadras de mi apartamento por lo que no me importaba caminar, lo único que me preocupaba era que me sorprendiera la lluvia que habían pronosticado para hoy y que por el petricor sabía que estaba cerca. El viento era constante y algo frío, y las corrientes de aire levantaban demasiado polvo que aunque llevara unos lentes oscuros las partículas de tierra lograban entrar por mis ojos irritándolos.

Entré al local, tomé algunos víveres para la semana, algo de alcohol y un par de dulces. Me alegré de que no hubiera fila en la caja, pagué con efectivo y con prisa me dirigí de nuevo a mi apartamento antes de que la tormenta se hiciera presente.

—¿Jason, cierto? —me congelé cuando una voz conocida detrás de mí mencionó mi nombre. Entré en pánico, ¡¿cómo demonios me había encontrado?! Sabía que su curiosidad la llevaría a descubrir mi expediente o alguna mención en los archivos relacionados con Dick, pero incluso con esa información no tenía idea de dónde vivía.

Habían pasado algunas semanas desde nuestro encuentro en la azotea de aquel edificio con laboratorios y proyectos secretos, y aunque estuve una semana como paranoico sin salir a las calles, el miedo de que me reconociera simplemente se fue al pensar que esa chica era muy tonta como para encontrarme entre los miles de ciudadanos.

—¡Creí que estabas muerto! —la escuché decir preocupada, quizás pensando que eso me incomodaría.

—Parece ser que Dick no habla mucho de mí —dije con voz ronca, me volví hacia ella y miré su alrededor esperando encontrar a sus compañeros pero para mi sorpresa estaba sola. —¿Le has dicho a alguien sobre mí?

—No. No me gusta ocultarles cosas a mis amigos, sin embargo esta vez preferí investigarte antes de contarles —mencionó avergonzada con la mirada abajo.

—¡Ven! —exclamé tomándola del brazo y dirigiéndome hacia uno de los callejones cercanos ya que no quería llamar la atención, sobretodo porque ella venía con su uniforme de heroína y flotaba en el aire.

—¿Cómo me encontraste? —solté inquisitivo una vez me aseguré que nadie nos había seguido.

—Bueno, leí sobre ti lo poco que había en la computadora de la Torre y desde entonces me la he pasado buscándote por cuenta propia. Eres un chico muy hábil ocultándote, aunque fue un golpe de suerte sobrevolar por aquí y encontrarte, tu manera de vestir llamó mi atención. Te ves muy sospechoso con capucha y lentes oscuros, además andas solo y tu complexión no se me olvida.