No puedo dormir, me siento inquieto, intranquilo, tengo la necesidad de algo, más bien de alguien, he estado dos semana con este temita en mi cabeza que me quita el sueño, lo necesito, lo necesito con fuerzas.
A la mañana siguiente, me levanté como de costumbre antes de que saliera el sol, desayuné y fui a dar una vuelta por mis territorios, para controlar que todo estuviera bien.
La gente a mirarme por la calle, huía o baja la mirada, algo que extrañamente me gusta. Era el rey si se antojaba caminar solo lo hacía, todos en este lugar sabían quién era, nadie era la excepción.
Después de una larga caminata y de controlar mi mercancía me dirijo de nuevo a casa pero ya cansado de caminar llamo a mi chofer para que me venga a buscar, no esperé ni 5 minutos cuando mi lujoso auto, se posó frente a mí. Con sumisión mi chofer me saludo para luego conducir hacía mi casa pero tuve en impulso de cambiar el destino.
No entiendo porque estoy acá, no entiendo porque no puedo simplemente darme la vuelva e irme de allí.
No entiendo el porqué mi cuerpo se mueve sólo afuera del auto y tampoco entiendo como mis piernas caminan a paso tranquilo acercándome a esa puerta.
No entiendo, ni tampoco se que hacer.
¿Qué hago acá? y ¿porqué no quiero detenerme?
Escucho el sonido del timbre, una vez que lo presione con mi dedo, para luego escuchar, el sonido de una melodiosa voz, una que hace eco en todo mi sistema, causándome un extraño cosquilleo.
-Voy.- me dijo aquella voz del otro lado de la puerta, fue demasiado grande la tentación el querer escucharla otra vez, así que toqué una vez más.- un momento por favor.- volvió a hablar.- me sentí ansioso, la puerta cerrada dejó de torturarme cuando por fin abrió, dejándome ver el rostro más perfecto y hermoso que pude haber visto, me sonrío, no puedo explicar que es esto, no puedo explicarlo ni tampoco lo entiendo. ¿ Qué es esta sensación?.- Hola, en que puedo ayudarte.- me habló una vez más, dejándome mudo.- ¿Hola?¿todo bien?.- preguntó de nuevo extrañada.
- yo....- no supe que decir, me dejó sin palabras desde el momento que escuché su voz.- sé que no me conoces pero...necesitaba hablarte sobre un tema.- frunció su entrecejo.- sobre de como trataste de salvar a mi madre.- y fue ahí donde lo entendió.
-Oh...ya hace tiempo pasó..-sólo eso dijo, dejándome ver aquellos labios tan rosados y rellenos.- claro...entiendo...yo.- dudó unos segundos.- antes que nada....puedo....¿Quién sos?.- me preguntó curiosa.
- Me llamo Anton y soy su hijo.- su cara me mostró más confusión que antes.
-Yo...¿querés pasar?.- me preguntó por educación, mientras yo solo asentía.
Se corrió hacia un lado, mientras me sonreía sin ni siquiera saber a quién dejaba entrar a su hogareño departamento, sin ni siquiera saber que había dejado pasar a quién seria su rey del infierno.
-¿Te ofrezco algo para tomar?.- me preguntó sonriente.
-Bueno...si...lo que quieras darme está bien.- le sonreí apenas, ¿pero que demonios?, como no iba a hacerlo esa maldita sonrisa que tiene me inspira a sonreír.
-okey, toma asiento, sentite como en tu casa.-me dijo amable para luego entrar por su cocina.
Mire atentamente todo el lugar, era simple pero moderno, además estaba todo increíblemente limpio y ordenado, el ambiente tenía un curioso aroma a flores de primavera, debía de admitir que era demasiado placentero. Tomé asiento en el cómodo sillón y cerré mis ojos por unos segundos dejándome embriagar por ese rico aroma.
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💀Tu rey del infierno💀⚫
Novela JuvenilEscucho el sonido del timbre, una vez que lo presione con mi dedo, para luego escuchar, el sonido de una melodiosa voz. - Voy.- me dijo del otro lado de la puerta, fue demasiado grande la tentación el querer escuchar otra vez esa vos, así que toqué...