𝐒𝐀𝐍𝐈𝐓𝐘 𝐈𝐍 𝐋𝐎𝐕𝐄 [Yᴀᴋᴋᴏ Wᴀʀɴᴇʀ×Lᴇᴄᴛᴏʀᴀ]

𝐒𝐞𝐠𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨 1.

[P. O. V Narrador omnisciente]:

La tacharon de «acosadora», era un hastío escuchar como todo el tiempo le decían así a su creación. Claro que había motivos, por algo ella creaba un caos solo para apachurrar al mayor de los Warner.

Ella simplemente estaba enamorada...

Algo que no debió ser así en un principio.

Recientemente se les había creado, ¿A quiénes? ¡Pues a los Animaniacs! un show que estaba seguro de garantizar un gran éxito para la compañía Warner Bros.

Entre los personajes, estaba _____________. Ella pertenecía al elenco secundario del programa, ¿su papel? amar a Yakko Warner.

Es gracioso, en algún punto los animadores pensaron en crearle un hermano o hermana a la Toon, pero prefirieron dejarla solo a ella, después de todo no iban a arriesgar mucho en dicho proyecto.

Y, como cualquier día en el estudio, ella ya lo tenía acorralado, sin escapatoria para que pudiera protegerse. Sonreía de oreja a oreja.

Lo amaba tanto. Por supuesto, ese era su propósito, amarlo.

El pequeño Toon de pantalón marrón temblaba en su lugar, colocó sus manos hacia el frente en forma de defensa.

— Pido tiempo. — suplicó exausto, lo había correteado por todo el estudio hasta hacer que se cansará, a penas dos días de vida y ya estaba siendo acosado.

Entre risas, se abalanzó hacía él, acurrucandose contra su pecho, por amor a la tinta, amaba hacer eso.

— ¡Seremos muy felices ya verás! — animadamente se aferraba más al cuerpo del contrario.

Un par de asistentes llegó al rescate del Warner, cada ayudante tomó un Toon para poder separarlos.

— Vamos Yakko, ¡Tus hermanos ya tienen sus voces! ¿Quieres hablar con ellos? — el mencionado se calmó al escuchar la mención de sus menores.

¿Qué? Ellos no aparecieron de un papel de tinta así de por sí, no no, eso fue en el programa.

Era un gran proceso, pero valía la pena, se repetían a menudo. Claro que sí, los Hermanos Warner, serían una sensación.

Mientras el pequeño Toon iba calmadamente entre los brazos del ayudante, la chica se esforzaba por soltarse del agarre del otro.

— ¡Déjame ir con él! ¡Yo debo estar a su lado! — exclamó, negándose a que le alejarán más.

Hizo caso omiso a sus quejas, a pesar de que pataleara con fuerza la siguió cargando durante todo el transcurso, finalmente la arrastró hacia su pequeña habitación, donde le encerraron con seguro.

Es mejor prevenir que lamentar.

Comenzó a dar patadas contra la puerta, la ignoraron a pesar de todo el ruido que causaba, al no tener resultados intentó derribar la puerta, pero nada. No importaba, iba a seguir insistiendo.

— ¡¿Pero qué te sucede!? ¡Ya dejá de molestar! —  le gritó uno de los productores al otro lado de la puerta.

Hizo caso omiso, seguío golpeando esa puerta que prohibía su libertad, no pararía hasta conseguir salir.